viernes, 11 de abril de 2008

Crisis del Canal de Suez (1956): Cuando Gran Bretaña y Francia despertaron ante su triste nueva realidad.


Once años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, británicos y galos todavía no se acostumbraban a su nuevo rol en las relaciones internacionales de la post guerra, ambas naciones europeas habían representado en los tres siglos pasados lo más granado del poder hegemónico de occidente sobre el resto del planeta, sus imperios se expandían por doquier, no había región del mundo donde ingleses o franceses no tuvieran un interés en juego. Pero en 1956 eso era parte de una vieja y empolvada historia, Europa ya no era el coloso imperial de antes, dos guerras mundiales la habían extenuado hasta el punto de la subordinación con respecto de las nuevas superpotencias globales. El nuevo sistema internacional había pasado del multipolarismo dominado por potencias europeas hacía un mundo bipolar liderado por EE.UU y la U.R.S.S., ambas opuestas por factores de carácter ideológico; capitalismo versus socialismo.

Vamos a remontarnos al siglo XIX, específicamente al año de 1869. Después de 10 años de excavaciones se había completado una vía artificial de 163 km de navegación que unía al Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, evitando a los barcos la larga y peligrosa travesía bordeando el continente africano. El Canal de Suez fue construido por una empresa francesa cuyo dueño era el empresario y visionario Fernando de Lesseps, mismo que intentó infructuosamente construir el Canal de Panamá. La participación del Canal estaba dividida en 44% para el gobierno egipcio y el 66% restante pertenecía a capital privado francés. Posteriormente en 1875, debido a problemas financieros los egipcios ponen en venta todas sus acciones, lo que es aprovechado por el hábil Primer Ministro británico Benjamín Disraelí (1804-1881), quien vio una buena oportunidad para que la Gran Bretaña tuviera control de las rutas marítimas hacía la India, la joya colonial de la corona inglesa. La Gran Bretaña definitivamente adquiere el 44% de las acciones y posteriormente se convertiría en la dueña de facto del Canal desplazando poco a poco a franceses y egipcios. El Tratado de Constantinopla (1888), asegura la neutralidad del Canal bajo protectorado inglés, y la libre navegación internacional tanto en tiempo de paz como de guerra. Hasta acá hemos precisado someramente como Francia y la Gran Bretaña están ligadas al Canal de Suez.

Retornemos al siglo XX y detengámonos por unos instantes en el año 1916. Europa estaba sumida en una terrible guerra que amenazaba con derrumbar los Acuerdos del Congreso de Viena de 1815, trastocando para siempre la balanza de poder internacional. En este contexto se firmaba el Tratado secreto Sykes-Picot entre Francia y Gran Bretaña, en el que se repartían el Medio Oriente en áreas de influencia perfectamente delimitadas entre ambas potencias, en detrimento del desmembrado Imperio Otomano, que se había aliado a los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. En 1921, en la Conferencia de San Remo, se configuraría definitivamente la hegemonía europea en el Medio Oriente, esta organización perduraría incluso después de finalizada la Segunda Guerra Mundial en la década de los cuarentas del siglo XX.


Después de 1945, surgió en el mundo un sentimiento nacionalista y anticolonialista que era apoyado por la recientemente creada Organización de las Naciones Unidas (ONU). En Egipto el abanderado del nacionalismo del antiguo país de los faraones era Gamal Abdel Nasser, quien en 1952 había dado un golpe de Estado contra el Rey Faruq I, proclamando la República de Egipto.

El presidente Nasser decide nacionalizar el Canal de Suez, medida que causa indignación en Francia e Inglaterra quienes históricamente habían controlado el canal y percibían cuantiosas ganancias por los tanqueros petroleros que por allí circulaban. Por otra parte Israel, que se había constituido en Estado-nación en 1948, sintió amenazada su seguridad por una alianza militar concretada entre Egipto, Siria y Jordania. Este hecho sumado al bloqueo de Egipto a los estrechos de Tirán, afectando negativamente al principal puerto de Israel, hizo que anglo-franceses e israelíes hicieran causa común contra Egipto.

El 29 de octubre de 1956 se inician las operaciones militares contra Egipto. Israel moviliza sus fuerzas por la península del Sinai y no se detienen hasta llegar a la zona del Canal de Suez. Por su parte la alianza anglo-francesa movilizó 80,000 hombres y varios buques de guerra. La victoria militar sobre Egipto sería en realidad una derrota política para Francia e Inglaterra. Tanto EE.UU. como la U.R.S.S condenaron la acción militar contra Egipto y accionarían todo su poder político y diplomático para poner en "su lugar" a los agresores.

Inglaterra sería victima de la primera amenaza nuclear hacia un país occidental que hiciera la Unión Soviética. A continuación se cita extractos de una carta enviada por el premier soviético Bulganín al primer ministro inglés Eden:

¿En que situaciones se encontraría la Gran Bretaña si fuese atacada por Estados más fuertes, que poseyeran todo tipo de modernas armas destructivas? Y, en el momento presente, tales países podrían contenerse de enviar fuerzas navales o aéreas a las costas de Inglaterra y emplear otros medios, por ejemplo, cohetes. Y luego agrega: Estamos plenamente resueltos a aplastar a los agresores mediante el uso de la fuerza y a restaurar la paz en el Este. (La Diplomacia, Henry Kissinger. Pag. 531)

Similar amenaza recibió Francia e Israel. Los Estados Unidos lejos de apoyar a sus aliados occidentales ante la amenaza soviética lo que hizo fue condenar por su parte a los agresores exigiéndoles la retirada de Egipto.

Finalmente, Gran Bretaña, Francia e Israel tuvieron que ceder a las presiones diplomáticas de las superpotencias dejando bien claro quienes eran verdaderamente los actores polares de las Relaciones Diplomáticas de la segunda mitad del siglo XX.

Las consecuencias de esta humillación al prestigio internacional de ingleses y franceses son diametralmente opuestas. Inglaterra, al constatar su impotencia frente a Estados Unidos y la Unión Soviética opta por una sumisión política hacía su hermana menor del otra lado del Atlántico, comenzando así la “relación especial” anglo-americana. Francia llega a la misma conclusión que los ingleses en cuanto a su debilidad relativa, pero en vez de la sumisión decide crear su propio arsenal nuclear disuasivo y busca formar una alianza con su antigua rival, Alemania, con el objetivo de una eventual Unión Europea.

Francia e Inglaterra jamás serán potencias comparables a los Estados Unidos y a la Unión Soviética, Y tampoco Alemania. Solo les queda una manera de desempeñar un papel decisivo en el mundo; consiste en unirse para integrar a Europa. Inglaterra no está madura para ello, pero el asunto de Suez, ayudará a prepararla. No tenemos tiempo que perder: Europa será nuestra venganza. (La Diplomacia, Henry Kissinger. Pag. 536). La anterior cita se la atribuye a Conrad Adenauer, el Ministro de Relaciones Exteriores francés, Christian Pineau.

Inglaterra nunca se sintió plenamente identificada con el proyecto de unidad europea y hasta nuestros días sigue manteniendo su “relación especial” con los Estados Unidos, relación que llega al paroxismo con Bush y Blair y su aventura en Irak. Mientras tanto, alemanes y franceses lideran actualmente una todavía insipiente Unión Europea, que si bien es poderosa en el aspecto económico, todavía busca su consolidación política hacía su interior y el exterior.

Lo cierto es que la Crisis de Suez definió el futuro de la política internacional tanto de Francia como de Inglaterra, que a pensar de llegar a las mismas conclusiones decidieron tomar caminos distintos.

5 comentarios:

Flavio dijo...

...excelente esposición historica de hechos que se reflejan hoy en día en las relaciones entre los estados mencionados. A serte sincero, nunca había pensado que a raíz de la Crisis del Canal de Suez, Inglaterra encontraría su "excusa" para no ser parte considerable de la formación de la Unión Europea, y su fría participación hasta el momento... siempre creí que solamente se trataba de simple aislamiento, (a parte de una alianza natural con los EEUU) considerando su poderío economico, su posición geografica y el hecho de ser una isla.

Iesous dijo...

Gracias Flavio por tu comentario. Ciertmanete Inglaterra nunca se sintió integrado al continete europeo y más bien jugaba el juego de la balnaza de poder inclinando la balanza de un extremo a otro según conviniera a los intereses de la corona.

Jorge Ramiro dijo...

Excelente explicación de los hechos, me parece que es muy práctica y muy didáctica, yo antes tampoco las conocía, pero la estudié a través de los materiales de educatina y ahora quedé interesado en el asunto.

Unknown dijo...

La participación del Canal estaba dividida en 44% para el gobierno egipcio y el 66% restante pertenecía a capital privado francés.

Si la aritmética básica no me falla, eso da un 110%.

Corregir por favor....

Anónimo dijo...

Hola,
He visto tu artículo y me gustaría saber de qué bibliografía has sacado la información, ya que estoy preparando un seminario sobre este tema y me gustaría tener diferentes fuentes en las que apoyarme.
Gracias y un saludo,
Mario.