martes, 15 de abril de 2008

Breve síntesis histórica de la evolución de las Relaciones Internacionales.

Las Relaciones Internacionales como práctica surge con la aparición del estado-nación en Europa post medieval, estos Estados son producto de un largo proceso que devino en el viejo mundo después de la caída del imperio romano en manos de los pueblos bárbaros, trayendo como consecuencia la atomización de los antiguos dominios imperiales dando paso a lo que algunos historiadores han llamado “fraccionamiento feudal de la edad media”.

Bajos niveles productivos, la desaparición entre la propiedad privada y la pública, ausencia de instituciones organizadas, el estancamiento intelectual, científico y espiritual, serán las características principales de la alta edad media, periodo que se extiende desde el siglo IV hasta el año 1000 de nuestra era. Por lo tanto tal cosa como un gobierno capaz de controlar un territorio determinado dentro del cual viven y se desarrollan cierta cantidad de población, triple elementos estos para la conformación del Estado nacional, era una quimera.

En los siglos XI al XIV, es decir, en la baja edad media, se comienzan a producir algunos rasgos transformantes en la cosmovisión europea. Karen Jolly, profesora asociada de Historia en la Universidad de Hawai, escribe lo siguiente sobre la baja edad media: fue un periodo dinámico que conformó la identidad y el desarrollo europeos, en parte estimulados por la interacción de Europa con otras culturas de Eurasia y el Mediterráneo. Durante estos años se crearon muchos de los esquemas e instituciones sociales y políticas básicos asociados a la historia europea, y en las islas Británicas, Francia, Alemania, Italia, Europa oriental, la península Ibérica y Escandinavia se fueron dibujando nítidas fronteras políticas e identidades culturales. Entre los siglos XI y XIV, una reacción en cadena de desarrollos en los sectores económico, social y político hizo surgir nuevas tendencias en los campos de la religión, la investigación, la literatura y las artes, tendencias que han conformado la cultura europea hasta nuestros días.

En este período de recobrado dinamismo se sientan las bases para la formación del estado-nación. Las mejoras del las técnicas agrícolas y el comercio, trajo consigo beneficios desde el punta de vista económico. Por otra parte las migraciones contribuyeron a que las fronteras se expandieran y se definieran en torno a un gobierno central que cada vez iba acumulando más poder político y económico, sin embargo no eran los suficientemente fuertes como para que el estado pudiese aparecer como tal.

Las ciudades-estados italianas como Pisa, Verona y Génova, conocidas por su rico comercio con oriente y el norte de África, fueron las primeras en crear una burocracia organizada, incluso llegando a crear “embajadas” permanentes que representaran y defendieran sus intereses económicos ante la gran rivalidad que suponían estas ciudades-estados entre si, la necesidad de llegar acuerdos pacíficos y de comerciar dio como resultado una dinámica diplomacia que fue ejemplo para los posteriores estados nacionales europeos que algunas décadas más tardes se erigirían como los actores políticos del continente. Inglaterra, Francia, Alemania bajo el Sacro Imperio Romano Germánico, España (Unificado los Reinos de Castilla y Aragón), Portugal; Dinamarca, Noruega y Suecia, en Escandinavia; la Hungría de los magiares, la dinastía Piast en Polonia y la Rusia del Reino de Moscú surgirían en el oriente de Europa. Fueron estos los primeros en ir formándose como estados nacionales, dicho proceso se lleva a cabo entre los siglos XIV y XV, llegando a su conformación formal a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII.

La iglesia Católica jugaba un papel de primerísimo orden ya que su poder no solo se basaba en lo moral, religioso o espiritual, como se suponía que debería de haber sido, su poder más que en los cielos residía en la tierra gracias a su enorme riqueza y a la excelentemente bien organizada burocracia eclesiástica. No es por nada que al papa se le conocía como el “Rey de Reyes” y era costumbre que las los reyes recibieran de las manos del papa las coronas en sus testas, otorgando así carácter divino a su designación como soberanos de sus territorios, pero claro está, siempre supeditado al sucesor de San Pedro.

No fueron pocas las guerras de religión durantes este período, las Cruzadas contra los “infieles” son un ejemplo patético de cómo la voluntad del soberano de Roma era determinante en las vidas de millones de personas no solo de los cristianos, sino también de judíos y musulmanes. El Cisma de Occidente hirió el poder papal, pero este se logró mantener e incluso sacaron fuerzas para acabar con los Caballeros Templarios contando con la oportuna colaboración de Felipe el Hermoso de Francia. La reforma de Martín Lutero, quien dividió (sin querer) a la otrora monolítica iglesia, fue el golpe más duro que esta tuvo que enfrentar.

La última gran guerra de religión fue la guerra de los 30 años (1618-1648), la misma se inicia en el Sacro Imperio Romano Germánico entre los cuerpos catolicuorun y evangelicuorum. Lo que comenzó por un asunto religioso, se le agregaron factores políticos y económicos lo que consiguió que el conflicto se extendiera hacia casi toda Europa. La Paz de Westfalia fue el nombre del acuerdo que puso fin a las hostilidades y al mismo tiempo marca el nacimiento del Sistema Clásico Internacional.

Este primer acuerdo internacional nacido en la región alemana de Westafalia, dio como origen el nacimiento del derecho internacional público, sentó las bases para el establecimiento del equilibrio de poder, le restó poder a la Iglesia en asuntos internacionales, confirmó a Francia como potencia hegemónica en Europa en detrimento de su vecina España. Es a partir de entonces que podemos hablar propiamente dicho de un Sistema Internacional en el estricto sentido de lo que esto significa, no obstante los estados convivirían unos 300 años más con imperios plurinacionales como el Sacro Imperio Romano Germánico, el Imperio Austriaco y el Imperio Otomano, que con el devenir de los tiempos pasarían a ser Estados-Nación: Alemania (1870), Austria (1919), Turquía (1920) respectivamente.

El Sistema Clásico Internacional, se extendería desde 1648 hasta el Congreso de Viena de 1815, acuerdo que se llevo a cabo para reorganizar las fronteras europeas que había sido salvajemente trastocadas por las sangrientas y brutales guerras napoleónicas que habían iniciado en 1799 y que enfrentó a Francia contra todas las potencias de primer orden de su época. En esté periodo las guerras por motivos religiosos fueron sustituidas por las que primaban el interés nacional o raison d´etat, los Estados perseguían sus intereses nacionales sin tomar en cuenta razones morales o éticas. Prueba de ellos fue la declaración de guerra de la católica Francia en contra de su correligionaria Austria aliándose los galos con la protestante Suecia. ¿Los motivos de Francia de atacar Austria?, contener a su rival Europeo y evitar ser “cercada” por los austrias que gobernaban también en los Países Bajos y España… raison d´etat.

Europa, como ninguna otra civilización en la historia, alcanzó tal desarrollo tecnológico, económico, comercial, intelectual y científico, en relación con otras civilizaciones en otras latitudes, esta posición de poder superior los llevó a emprender conquistas y colonizaciones por todo el mundo. Desde América hasta Asia, pasando por África, los barcos repletos soldados, de cañones y pólvora paseaban sus velas por los extensos mares imponiendo comercio y obediencia a los pueblos “inferiores” a razón de fuego, acero y sangre. Ni Alejandro Magno, ni Roma, ni Gengis Khan, y ninguna otra civilización logró establecer su influencia a nivel mundial.

En 1815, Klemens Wenzel Lothar von Metternich y Robert Stewart Castlereagh, invocaban dos principios para reestablecer el equilibrio europeo; el de la legitimidad, esto no era más que desdeñar los pensamientos de la Revolución Francesa, invocando que por designio divino los Reyes eran los elegidos para ser soberanos absolutos. El otro principio era la balanza de poder, se reconocen como potencias de primer orden a Inglaterra, Rusia, Austria, Prusia y aceptan a la derrotada Francia, a la que se le impuso retornar a sus fronteras pre-revolucionarias, formaron una pentarquía de naciones que controlaban un sistema internacional multipolar. Para mantener el equilibrio se forma una coalición antifrancesa entre el resto de las naciones de elite, es así como nace la Santa Alianza entre Rusia, Prusia y Austria, a la que Inglaterra se añadiría para formar la Cuádruple Alianza, con el objetivo preciso de contener un futuro resurgimiento de ideas revolucionarias en Francia o peor aún que un Bonaparte regresara al poder.

El Sistema Clásico de Transición nace en el Congreso de Viena de 1815 y se extiende hasta 1919 con la finalización de la Primera Guerra Mundial, teniendo un breve periodo de ficticio “alargamiento de vida” hasta 1945, cuando finaliza la Segunda Guerra Mundial feneciendo así definitivamente el sistema europeo multipolar, para dar paso a la hegemonía Estadounidense por una parte y Soviética por otro, surgiendo un sistema bipolar que evocaría las hostilidades entre las simmaquias de Atenas y Esparta en el mundo griego de 2500 años atrás.

En el siglo XIX se haría aun más grande la brecha de desarrollo entre Europa y el resto de las regiones del mundo. Inglaterra se industrializa colocándola en una situación dominante sobre el resto de las naciones del continente, si bien es cierto que después de 1815 los apetitos imperiales europeos se verían temporalmente saciados por unos 60 o 70 años hasta que resurgiera de nuevo, en el último cuarto del siglo XIX, renovada y más voraz hambre de conquista. A excepción de las revoluciones de 1848 y la Guerra de Crimea (1854 -1856), Europa gozó de estabilidad y paz, es decir, el sistema funcionaba.

Sin embargo en el corazón de Europa surgiría el factor desequilibrante del sistema. En 1648, Richelieu se había encargado que el centro de Europa no surgiera un estado alemán unificado y fuerte que rivalizara con Francia, el Sacro Imperio Romano Germánico era una amalgama de 350 mini estados que no representaban amenaza alguna, luego en 1815 con el reordenamiento de las fronteras se creo una confederación de 39 estados alemanes, ya en 1806 Napoleón había desintegrado el viejo Reich, se allanaba el camino para una eventual unificación alemana.

Otto von Bismarck, militar, político y diplomático prusiano, fue el genio que logró la unificación alemana. ¿Cómo lo logro?, pues aplicando en su manera más pura la Raison d´ Etat o mejor dicho con Realpolitik. En 1864, aliada con Austria, Prusia emprende una limitada guerra contra Dinamarca por los Ducados y Schleswig-Holstein; en 1866, alegando mala administración austriaca en los ducados, aprovecha que Austria estaba inmiscuida en el conflicto de unificación italiana para atacarla, el resultado de la guerra fue la anexión de Hanóver, Hesse-Kassel, Nassau y Fráncfort del Meno a Prusia, creando la Confederación Alemana del Norte, que incluía 22 estado alemanes, sustituyendo a la Confederación Germánica creada en 1815. Finalmente en 1870, un asunto de escogencia de Rey en España motivo una disputa entre el Rey prusiano Guillermo I y Napoleón III, que llevó a la guerra franco-prusiana, los Estados alemanes del Sur se unen a la Confederación del Norte, Francia es humillada por el poderoso y bien organizado ejercito prusiano y Bismarck consigue con tres guerras unificar a Alemania en un poderoso imperio y Guillermo I se hace aclamar Emperador, surge así el segundo Reich.

Artífice de la unificación alemana, el viejo estadista prusiano, el "Canciller de Hierro", crea un complicado sistema de alianzas, llamados en honor a su creador “sistemas bismarckianos o bismarquinos”. Los sistemas concebidos eran de carácter defensivo y perseguía aislar a Francia, dejándola impotente de hacer alianzas con otra potencia, particularmente con Rusia, evitando un doble frente oriental y occidental que atacaran simultáneamente al naciente imperio alemán. Solo un político con la genialidad de Bismarck pudo incluir en una misma alianza a austriacos y rusos que tenían intereses encontrados en los Balcanes, so pena de la afretan a Rusia por parte de Austria en la Guerra de Crimea.

El orden nacido de Viena, estaba herido de muerte, la desconfianza mutua entre las potencias conllevo a un aumento en los gastos de defensa por parte de las grandes potencias, lo que ha sido conocido como “la paz armada” al periodo comprendido entre 1871 hasta 1914 cuando estalla la Gran Guerra.

El 28 de junio de 1914, en una calle de Sarajevo es asesinado por un estudiante serbio-bosnio llamado Gavrilo Princip, el heredero al trono dual del Imperio Austro-Húngaro, el archiduque Francisco Fernando, Príncipe Imperial de Austria y Real de Hungría y Bohemia, sobrino del viejo Emperador Francisco José. Este suceso fue el detonante de una de las Guerras más brutales que haya conocido la humanidad, la Primera Guerra Mundial. Los líderes europeos calcularon erróneamente que la duración de la guerra sería corta y que después de unos meses se podría llegar a una paz de compromiso.

El 11 de noviembre de 1918 llegaría a termino la guerra más devastadora que la humanidad haya conocido hasta ese tiempo, millones de muerte e inválidos, ruina material y penurias psicológicas incalculables fue el legado de ese absurda guerra que detonó por el exacerbado nacionalismo de un joven serbio, pero que tiene sus causa más profundas en el inestable equilibrio surgido de los sistemas bismarquinos, la inescrupulosa política de Guillermo II, la rivalidad colonial de las grandes potencias, la miopía política de los lideres europeos, y la incapacidad de los alto mandos militares para adaptar sus estrategias a los nuevos cambios tecnológicos que produjeron armas más devastadoras que la mente humana imaginara hasta principios del siglo XX, estos fueron los ingredientes letales para el estallido de la Gran Guerra.

La Primera Guerra Mundial fue el punto de quiebre de la hegemonía mundial europea, después de los Acuerdos de Versalles, que más que un acuerdo de paz resulto ser un armisticio, de hecho, en realidad fue el caldo de cultivo para un conflicto aun más aterrador y apocalíptico, la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos y Japón, quienes desde finales del siglo XIX y principios del XX, ya desafiaban el liderazgo exclusivo de Europa en los asuntos mundiales, fueron las naciones más beneficiadas de la guerra. Washintong, D.C. y Tokio podían escribir sus nombres al lado de París, Londres y Berlín como las capitales de las naciones más poderosas del globo terráqueo.

El presidente de los Estados Unidos de América, Woodrow Wilson, había propuesto sus famosos 14 puntos, que constaban de propuestas tan idealistas como imposibles de poner en práctica, por lo menos no en la mentalidad política dominante a comienzos del pasado siglo. Precisamente el punto catorce rezaba así: “Deberá crearse una Sociedad general de las Naciones en virtud de acuerdos formales, que tenga por objeto ofrecer garantías recíprocas de independencia política y territorial tanto a los pequeños como a los grandes estados”. En síntesis, Wilson proponía el respeto a las nacionalidades, es decir, la autodeterminación de los pueblos a tener el gobierno y la nacionalidad que quisieran; reducción de los armamentos nacionales al mínimo posible; desaparición de la diplomacia secreta o lo que es lo mismo decir, los tratados internacionales deberán de ser de carácter público; y supresión de las barreras comerciales.

La Sociedad de las Naciones llegaría a ver la luz, pero nacería con defectos congénitos, la propia nación de Wilson le dio la espalda y el congreso estadounidense no ratificó la entrada de la unión americana a la Sociedad de las Naciones, volteando su cara hacia el lado contrario de Europa, el gigante del norte volvía a su feliz aislacionismo, Europa artificialmente conservaría por casi tres décadas más su preponderancia internacional. Aunque ya estaban sentadas las bases para un mundo bipolar dominado por rusos y estadounidenses.

La enorme carga económica impuesta a Alemania por concepto de reparaciones de guerra y el crack económico de los años treintas, fueron causa fundamental para el surgimiento de un nacionalismo alemán con ánimos revanchista por las humillaciones del Tratado de Versalles de 1919. En 1933 la República del Weimar cae y el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores, mejor conocido por el partido Nazi, llega al poder de manos de Adolfo Hitler. Se inicia entonces uno de los momentos más oscuros en la historia alemana y europea, el Tercer Reich.

Alemania comienza su rearme, y en solo 5 años ya estaba listo para amenazar a sus vecinos, la primera víctima fue Austria. En 1938 el país alpino se limitaba a ser anexada a Alemania como un estado alemán llamado "Ostmark"; el siguiente golpe sería dado en los Sudetes, Checoslovaquia, la población era en su mayoría de ascendencia germana y Alemania reclamaba que estaban siendo mal tratados por las autoridades checoslovacas. Finalmente en uno de los acuerdos más cobardes, irresponsables e ingenuos que la humanidad haya conocido, el francés Edouard Daladier y el primer ministro inglés Neville Chamberlain, siguiendo una Política de apaciguamiento, aceptan la anexión alemana de los sudetes, creyendo con ello que Hitler se conformaría con tan poco y se evitaría la guerra, al parecer ninguno de ellos, ni sus asesores habían leído el Mein Kampf escrito por Hitler en los meses que paso en la cárcel. En marzo de 1939, sería invadida el resto de Checoslovaquia.

Con la invasión alemana a Polonia el 1 de septiembre de 1939, se inicia la Segunda Guerra Mundial. El conflicto se extiende por cuatro continentes, solo América resulto indemne de que se luchara en su territorio, las nuevas maquinas de guerra eran capaces de causar enorme destrucción como nunca antes se había visto, la población civil sufrió grandes penalidades y el numero de bajas fue incluso superiores a las muertes de los combatientes, ciudades enteras fueron arrasadas por los bombardeos, Stalingrado, Dresde, Hiroshima y Nagasaki son prueba del enorme poder destructivo de las nuevas armas, siendo las ciudades japonesa antes citadas, las testigos en “carne propia” del nacimiento del arma más terrorífica de todas, las armas nucleares.

Seis años después del ataque alemán contra Polonia, el 2 de septiembre de 1945, en el Acorazado Missouri de la armada estadounidense, se firma el tratado de rendición japonesa, finalizaba así un conflicto que transformaría radicalmente las relaciones internacionales como se concebían hasta ese entonces. El fin del mundo multipolar dominado por Europa había llegado a su fin, surgían dos superpotencias extra europeas, Estados Unidos y la Unión Soviética. Cada una con su área de influencia e ideologías totalmente contrapuestas, el mundo bipolar era la nueva realidad.

El advenimiento de una nueva era en las relaciones internacionales sería marcado por un enfrentamiento ideológico más que de intereses, la capitalista Estados Unidos y la comunista Unión Soviética, antiguos aliados contra los nazis alemanes, ahora se disputan el dominio mundial. La desconfianza que mutuamente se tenían Truman y Stalin, no contribuyó en nada la distensión en las relaciones de las nuevas superpotencias. La política exterior de los Estados Unidos de “contención” del comunismo terminó por colocarla en el lado opuesto de la Unión Soviética. Walter Lippman, periodista estadounidense, llamó a esta situación Cold War , Guerra Fría.

La Sociedad de las Naciones, organismo inoperante e inservible para evitar la guerra, fue sustituida por la ONU. La Carta de las Naciones Unidas se firma el 26 de junio de 1945. El nuevo organismo supranacional sería el nuevo encargado de regir de acuerdo con el derecho internacional las disputas que pudieran surgir entre los países. Uno de las primeras misiones de la O.N.U. fue la de impulsar el proceso de descolonización tanto en Asia como en África, proceso que duró desde 1945 hasta 1965, gracias a este proceso la cantidad de miembros de la O.N.U. se triplicó en este periodo.

Un rasgo preponderante de las relaciones internacionales en el mundo bipolar, es que los enfrentamientos de las grandes potencias se dieron en la periferia: guerra de Corea, guerra de Vietnam, guerras árabes-israelíes, Crisis de los misiles en Cuba, guerras civiles en Centroamérica, son solo algunos de los muchos conflictos librados en la que cada bando estaba apoyado por un u otra superpotencia pero sin llegar atacarse directamente entre ellas. Esto se explica por la posesión de ambas de armamento nuclear, que funcionaba como disuasivo de ataque mutuo, esta doctrina recibió el nombre de Destrucción Mutua Asegurada, Mutual Assured Destruction, MAD por sus siglas en ingles.

Finalizando la década de los 80 del siglo XX, la humanidad en un mundo globalizado es testigo en sus televisores como en Berlín la gente con sus manos, con martillo, con lo que fuera derrumbaba el muro que los había dividido por más casi tres décadas, caía así un símbolo físico de la separación de Europa en dos bloques opuestos. La reunificación alemana ya no despertaba el temor que más de un siglo atrás representó la creación del imperio Alemán, esta unificación fue recibida con esperanza y como el nacimiento de una nueva era de paz y unidad.

Dos años después la Unión Soviética, gigante con pies de barro, se derrumbaba sobre sus propios cimientos, terminaba así un periodo que sería conocido con el nombre de Post-Guerra, para dar paso a la Post-Guerra Fría. La victoria de Occidente, la victoria del Capitalismo, la victoria de la democracia y la libertad fue ovacionada en casi todos los rincones del planeta, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, hablaba de una nueva era de paz, intelectuales como Francis Fukuyama llegaron a escribir sobre el “Final de la Historia” y afirmar que el nuevo mundo unipolar sería dominado por los Estados Unidos y los valores que este representaba.

El mundo de post-guerra fría muy lejos estuvo de ser ese mundo de amor y paz que proclamaba anticipadamente Bush padre. En 1990 Irak invade y se anexiona el pequeño estado petrolero de Kuwait, al año siguiente la coalición bélica más grande desde la segunda guerra mundial expulsaba a las tropas de Sadam Hussein del pequeño Emirato árabe con un número de bajas mínimas (para los aliados) gracias al despliegue de tecnología militar de última generación. Estados Unidos se vislumbraba como la única potencia global y no fueron pocos los que proclamaron un mundo unipolar. ¿Por cuánto tiempo?.

El 11 de septiembre de 2001, dos aviones comerciales se estrellan en las torres 1 y 2 del World Trade Center de Nueva York, un tercer avión se estrella en el Pentágono en Washintong, D.C., mientras que un cuarto avión, presuntamente dirigido hacia la Casa Blanca era interceptado y derribado antes de llegar a su objetivo. Casi 3,000 civiles murieron en el acto terrorista más sangriento ocurrido en los Estados Unidos de América. Las relaciones internacionales serían modificadas a partir de este momento. Estados Unidos comenzó una nueva doctrina de defensa. ¡La historia está en pleno desarrollo!.

viernes, 11 de abril de 2008

Crisis del Canal de Suez (1956): Cuando Gran Bretaña y Francia despertaron ante su triste nueva realidad.


Once años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, británicos y galos todavía no se acostumbraban a su nuevo rol en las relaciones internacionales de la post guerra, ambas naciones europeas habían representado en los tres siglos pasados lo más granado del poder hegemónico de occidente sobre el resto del planeta, sus imperios se expandían por doquier, no había región del mundo donde ingleses o franceses no tuvieran un interés en juego. Pero en 1956 eso era parte de una vieja y empolvada historia, Europa ya no era el coloso imperial de antes, dos guerras mundiales la habían extenuado hasta el punto de la subordinación con respecto de las nuevas superpotencias globales. El nuevo sistema internacional había pasado del multipolarismo dominado por potencias europeas hacía un mundo bipolar liderado por EE.UU y la U.R.S.S., ambas opuestas por factores de carácter ideológico; capitalismo versus socialismo.

Vamos a remontarnos al siglo XIX, específicamente al año de 1869. Después de 10 años de excavaciones se había completado una vía artificial de 163 km de navegación que unía al Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, evitando a los barcos la larga y peligrosa travesía bordeando el continente africano. El Canal de Suez fue construido por una empresa francesa cuyo dueño era el empresario y visionario Fernando de Lesseps, mismo que intentó infructuosamente construir el Canal de Panamá. La participación del Canal estaba dividida en 44% para el gobierno egipcio y el 66% restante pertenecía a capital privado francés. Posteriormente en 1875, debido a problemas financieros los egipcios ponen en venta todas sus acciones, lo que es aprovechado por el hábil Primer Ministro británico Benjamín Disraelí (1804-1881), quien vio una buena oportunidad para que la Gran Bretaña tuviera control de las rutas marítimas hacía la India, la joya colonial de la corona inglesa. La Gran Bretaña definitivamente adquiere el 44% de las acciones y posteriormente se convertiría en la dueña de facto del Canal desplazando poco a poco a franceses y egipcios. El Tratado de Constantinopla (1888), asegura la neutralidad del Canal bajo protectorado inglés, y la libre navegación internacional tanto en tiempo de paz como de guerra. Hasta acá hemos precisado someramente como Francia y la Gran Bretaña están ligadas al Canal de Suez.

Retornemos al siglo XX y detengámonos por unos instantes en el año 1916. Europa estaba sumida en una terrible guerra que amenazaba con derrumbar los Acuerdos del Congreso de Viena de 1815, trastocando para siempre la balanza de poder internacional. En este contexto se firmaba el Tratado secreto Sykes-Picot entre Francia y Gran Bretaña, en el que se repartían el Medio Oriente en áreas de influencia perfectamente delimitadas entre ambas potencias, en detrimento del desmembrado Imperio Otomano, que se había aliado a los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. En 1921, en la Conferencia de San Remo, se configuraría definitivamente la hegemonía europea en el Medio Oriente, esta organización perduraría incluso después de finalizada la Segunda Guerra Mundial en la década de los cuarentas del siglo XX.


Después de 1945, surgió en el mundo un sentimiento nacionalista y anticolonialista que era apoyado por la recientemente creada Organización de las Naciones Unidas (ONU). En Egipto el abanderado del nacionalismo del antiguo país de los faraones era Gamal Abdel Nasser, quien en 1952 había dado un golpe de Estado contra el Rey Faruq I, proclamando la República de Egipto.

El presidente Nasser decide nacionalizar el Canal de Suez, medida que causa indignación en Francia e Inglaterra quienes históricamente habían controlado el canal y percibían cuantiosas ganancias por los tanqueros petroleros que por allí circulaban. Por otra parte Israel, que se había constituido en Estado-nación en 1948, sintió amenazada su seguridad por una alianza militar concretada entre Egipto, Siria y Jordania. Este hecho sumado al bloqueo de Egipto a los estrechos de Tirán, afectando negativamente al principal puerto de Israel, hizo que anglo-franceses e israelíes hicieran causa común contra Egipto.

El 29 de octubre de 1956 se inician las operaciones militares contra Egipto. Israel moviliza sus fuerzas por la península del Sinai y no se detienen hasta llegar a la zona del Canal de Suez. Por su parte la alianza anglo-francesa movilizó 80,000 hombres y varios buques de guerra. La victoria militar sobre Egipto sería en realidad una derrota política para Francia e Inglaterra. Tanto EE.UU. como la U.R.S.S condenaron la acción militar contra Egipto y accionarían todo su poder político y diplomático para poner en "su lugar" a los agresores.

Inglaterra sería victima de la primera amenaza nuclear hacia un país occidental que hiciera la Unión Soviética. A continuación se cita extractos de una carta enviada por el premier soviético Bulganín al primer ministro inglés Eden:

¿En que situaciones se encontraría la Gran Bretaña si fuese atacada por Estados más fuertes, que poseyeran todo tipo de modernas armas destructivas? Y, en el momento presente, tales países podrían contenerse de enviar fuerzas navales o aéreas a las costas de Inglaterra y emplear otros medios, por ejemplo, cohetes. Y luego agrega: Estamos plenamente resueltos a aplastar a los agresores mediante el uso de la fuerza y a restaurar la paz en el Este. (La Diplomacia, Henry Kissinger. Pag. 531)

Similar amenaza recibió Francia e Israel. Los Estados Unidos lejos de apoyar a sus aliados occidentales ante la amenaza soviética lo que hizo fue condenar por su parte a los agresores exigiéndoles la retirada de Egipto.

Finalmente, Gran Bretaña, Francia e Israel tuvieron que ceder a las presiones diplomáticas de las superpotencias dejando bien claro quienes eran verdaderamente los actores polares de las Relaciones Diplomáticas de la segunda mitad del siglo XX.

Las consecuencias de esta humillación al prestigio internacional de ingleses y franceses son diametralmente opuestas. Inglaterra, al constatar su impotencia frente a Estados Unidos y la Unión Soviética opta por una sumisión política hacía su hermana menor del otra lado del Atlántico, comenzando así la “relación especial” anglo-americana. Francia llega a la misma conclusión que los ingleses en cuanto a su debilidad relativa, pero en vez de la sumisión decide crear su propio arsenal nuclear disuasivo y busca formar una alianza con su antigua rival, Alemania, con el objetivo de una eventual Unión Europea.

Francia e Inglaterra jamás serán potencias comparables a los Estados Unidos y a la Unión Soviética, Y tampoco Alemania. Solo les queda una manera de desempeñar un papel decisivo en el mundo; consiste en unirse para integrar a Europa. Inglaterra no está madura para ello, pero el asunto de Suez, ayudará a prepararla. No tenemos tiempo que perder: Europa será nuestra venganza. (La Diplomacia, Henry Kissinger. Pag. 536). La anterior cita se la atribuye a Conrad Adenauer, el Ministro de Relaciones Exteriores francés, Christian Pineau.

Inglaterra nunca se sintió plenamente identificada con el proyecto de unidad europea y hasta nuestros días sigue manteniendo su “relación especial” con los Estados Unidos, relación que llega al paroxismo con Bush y Blair y su aventura en Irak. Mientras tanto, alemanes y franceses lideran actualmente una todavía insipiente Unión Europea, que si bien es poderosa en el aspecto económico, todavía busca su consolidación política hacía su interior y el exterior.

Lo cierto es que la Crisis de Suez definió el futuro de la política internacional tanto de Francia como de Inglaterra, que a pensar de llegar a las mismas conclusiones decidieron tomar caminos distintos.

jueves, 10 de abril de 2008

Vuelta a la Patria

Mi amada abuela Flor me dio a leer en mi temprana adolescencia esta poesía que más abajo transcribo para que yo la leyera. Desde ese momento en mi mente rondó que mi futuro, al igual que el de Pérez Bonalde, sería el autoexilio. Hoy extraño mi patria, pero a diferencia del poeta venezolano, acá en República Dominicana veo luz y color; no la opacidad de la lejana y fría Europa. Te amo Quisqueya, pero tengo que compartir tu amor con la tierra que me vio nacer.

______________________________


Vuelta a la Patria
Juan Antonio Pérez Bonalde
[1875]

A mi hermana Elodia

¡Tierra!, grita en la proa el navegante
y confusa y distante,
una línea indecisa
entre brumas y ondas se divisa;
poco a poco del seno
destacándose va del horizonte,
sobre el éter sereno,
la cumbre azul de un monte;
y así como el bajel se va acercando,
va extendiéndose el cerro
y unas formas extrañas va tomando;
formas que he visto cuando
soñaba con la dicha en mi destierro.
Ya la vista columbra
las riberas bordadas de palmares
y una brisa cargada con la esencia
de violetas silvestres y azahares,
en mi memoria alumbra
el recuerdo feliz de mi inocencia,
cuando pobre de años y pesares,
y rico de ilusiones y alegría,
bajo las palmas retozar solía
oyendo el arrullar de las palomas,
bebiendo luz y respirando aromas.
Hay algo en esos rayos brilladores
que juegan por la atmósfera azulada,
que me habla de ternuras y de amores
de una dicha pasada,
y el viento al suspirar entre las cuerdas,
parece que me dice: « ¿no te acuerdas?».
Ese cielo, ese mar, esos cocales,
ese monte que dora
el sol de las regiones tropicales...
¡Luz, luz al fin! Los reconozco ahora:
son ellos, son los mismos de mi infancia,
y esas playas que al sol del mediodía
brillan a la distancia,
¡oh, inefable alegría,
son las riberas de la patria mía!
Ya muerde el fondo de la mar hirviente
del ancla el férreo diente;
ya se acercan los botes desplegando
al aire puro y blando
la enseña tricolor del pueblo mío.
¡A tierra, a tierra, o la emoción me ahoga,
o se adueña de mi alma el desvarío!
Llevado en alas de mi ardiente anhelo,
me lanzo presuroso al barquichuelo
que a las riberas del hogar me invita.
Todo es grata armonía; los suspiros
de la onda de zafir que el remo agita;
de las marinas aves
los caprichosos giros;
y las notas suaves,
y el timbre lisonjero,
y la magia que toma
hasta en labios del tosco marinero,
el dulce son de mi nativo idioma.
¡Volad, volad, veloces,
ondas, aves y voces!
Id a la tierra en donde el alma tengo,
y decidle que vengo
a reposar, cansado caminante,
del hogar a la sombra un solo instante.
Decidle que en mi anhelo, en mi delirio
por llegar a la orilla, el pecho siente
dulcísimo martirio;
decidle, en fin, que mientras estuve ausente,
ni un día, ni un instante hela olvidado,
y llevadle este beso que os confío,
tributo adelantado
que desde el fondo de mi ser le envío.
¡Boga, boga, remero, así llegamos!
¡Oh, emoción hasta ahora no sentida!
¡Ya piso el santo suelo en que probamos
el almíbar primero de la vida!
Tras ese monte azul cuya alta cumbre
lanza reto de orgullo
al zafir de los cielos,
está el pueblo gentil donde, al arrullo
del maternal amor, rasgué los velos
que me ocultaban la primera lumbre.
¡En marcha, en marcha, postillón, agita
el látigo inclemente!
Y a más andar, el carro diligente
por la orilla del mar se precipita.
No hay peña ni ensenada que en mi mente
no venga a despertar una memoria,
ni hay ola que en la arena humedecida
con escriba con espuma alguna historia
de los alegres tiempos de mi vida.
Todo me habla de sueño y cantares,
de paz, de amor y de tranquilos bienes,
y el aura fugitiva de los mares
que viene, leda, a acariciar mis sienes.
me susurra al oído
con misterioso acento: «Bienvenido».
Allá van los humildes pescadores
las redes a tender sobre la arena;
dichosos, que no sienten los dolores
ni la punzante pena
de los que lejos de la patria lloran;
infelices que ignoran
la insondable alegría
de los que tristes del hogar se fueron
y luego, ansiosos, al hogar volvieron.
Son los mismos que un día,
siendo niño, admiraba yo en la playa,
pensando, en mi inocencia,
que era la humana ciencia,
la ciencia de pescar con la atarraya.
Bien os recuerdo, humildes pescadores,
aunque no a mí vosotros, que en la ausencia
los años me han cambiado y los dolores.
Ya ocultándose va tras un recodo
que hace el camino, el mar, hasta que todo
al fin desaparece.
Ya no hay más que montañas y horizontes,
y el pecho se estremece
al respirar, cargado de recuerdos,
el aire puro de los patrios montes.
De los frescos y límpidos raudales
el murmullo apacible;
de mis canoras aves tropicales
el melodioso trino que resbala
por las ondas del éter invisible;
los perfumados hálitos que exhala
el cáliz áureo y blanco
de las humildes flores del barranco;
todo a soñar convida,
y con suave empeño,
se apodera del alma enternecida
la indefinible vaguedad de un sueño.
Y rueda el coche, y detrás de él las horas
deslízanse ligeras
sin yo sentir, que el pensamiento mío
viaja por el país de las quimeras,
y sólo hallan mis ojos sin mirada
los incoloros senos del vacío...
De pronto, al descender de una hondonada,
«¡Caracas, allí está!», dice el auriga,
y súbito el espíritu despierta
ante la dicha cierta
de ver la tierra amiga.
¡Caracas allí está; sus techos rojos,
su blanca torre, sus azules lomas,
y sus bandas de tímidas palomas
hacen nublar de lágrimas mis ojos!
Caracas allí está; vedla tendida
a las faldas del Ávila empinado,
Odalisca rendida
a los pies del Sultán enamorado.
Hay fiesta en el espacio y la campaña,
fiesta de paz y amores:
acarician los vientos la montaña;
del bosque los alados trovadores
su dulce canturía
dejan oír en la alameda umbría;
los menudos insectos de las flores
a los dorados pístilos se abrazan;
besa el aura amorosa el manso Guaire,
y con los rayos de luz se enlazan
los impalpables átomos del aire.
¡Apura, apura, postillón, agita
el látigo inclemente!
¡Al hogar, al hogar, que ya palpita
por él mi corazón... Mas, no, detente!
¡Oh infinita aflicción, oh desgraciado
de mí, que en mi soñar hube olvidado
que ya no tengo hogar...! Para, cochero;
tomemos cada cual nuestro destino;
tú, al lecho lisonjero
donde te aguarda la madre, el ser divino
que es de la vida centro de alegría,
y yo..., yo al cementerio
donde tengo la mía.
¡Oh, insoluble misterio
que trueca el gozo en lágrimas ardientes!
¿En dónde está, Señor, ésa tu santa
infinita bondad, que así consientes
junto a tanto placer, tristeza tanta?
Ya no hay fiesta en los aires; ya no alegra
la luz que el campo dora;
ya no hay sino la negra
pena cruel que el pecho me devora...
¡valor, firmeza, corazón no brotes
todo tu llanto ahora, no lo agotes,
que mucho, mucho que sufrir aún falta:
ya no lejos resalta
de la llanura sobre el verde manto
la ciudad de las tumbas y del llanto;
ya me acerco, ya piso
los callados umbrales de la muerte,
ya la modesta lápida diviso
del angélico ser que el alma llora;
ven, corazón, y vierte
tus lágrimas ahora!

II
Madre, aquí estoy: de mi destierro vengo
a darte con el alma el mudo abrazo
que no te pude dar en tu agonía;
a desahogar en tu glacial regazo
la pena aguda que en el pecho tengo
y a darte cuenta de la ausencia mía.
Madre, aquí estoy; en alas del destino
me alejé de tu lado una mañana,
en pos de la fortuna
que para ti soñé desde la cuna;
mas, ¡oh, suerte inhumana!
hoy vuelvo, fatigado peregrino,
y sólo traigo que ofrecerte pueda,
esta flor amarilla del camino
y este resto de llanto que me queda.
Bien recuerdo aquel día,
que el tiempo en mi memoria no ha borrado;
era de marzo una mañana fría
y cerraba los cielos el nublado.
Tú en el lecho aún estabas,
triste y enferma y sumergida en duelo,
que, con alma de madre, contemplabas
el hondo desconsuelo
de verme separar de tu regazo.
Llegó la hora despiadada y fiera,
y con el pecho herido
por dolor hasta entonces no sentido,
fui a darte, madre, mis postrer abrazo
y a recibir tu bendición postrera.
¡Quién entonces pensara
que aquella voz angélica en mi oído
nunca más resonara!
Tú, dulce madre, tú, cuando infelice,
dijiste al estrecharme contra el pecho:
«Tengo un presentimiento que me dice
que no he de verte más bajo este techo».
Con un supremo esfuerzo desliguéme
de los amantes lazos
que me formaban en redor tus brazos,
y fuera me lancé como quien teme
morir de sentimiento.
¡Oh, terrible momento!
Yo fuerte me juzgaba,
mas, cuando fuera me encontré y aislado,
el vértigo sentí del pajarillo
que en jaula criado,
se ve de pronto en la extensión perdido
de las etéreas salas,
sin saber dónde encontrará otro nido
ni a dónde, torpes, dirigir sus alas.
Desató el sollozar el nudo estrecho
que ahogaba el corazón en su quebranto
y se deshizo en llanto
la tempestad que me agitaba el pecho.
Después, la nave me llevó a los mares,
y llegamos al fin, un triste día
a una tierra muy lejos de la mía,
donde en vez de perfumes y cantares,
en vez de cielo y verdes palmas,
hallé nieblas y ábregos, y un frío
que helaba los espacios y las almas.
Mucho, madre, sufrí con pecho fuerte,
mas suavizaba el sufrimiento impío,
la esperanza de verte
un tiempo no lejano al lado mío.
¡Ah del mortal ciego
confía su ventura a la esperanza...!
La ley universal cumplióse luego,
y vi en el alma, presta,
la mía disiparse,
cual mira en lontananza
torcer el rumbo en dirección opuesta
el náufrago al bajel que vio acercarse.
Bien recuerdo aquel día
que el tiempo en mi memoria no ha borrado;
era de marzo otra mañana fría,
y los cielos cerraba otro nublado.
Triste, enfermo y sin calma,
en ti pensaba yo, cuando me dieron
la noticia fatal que hirió mi alma.
Lo sentí, decirlo no sabría...
Sólo sé que mis lágrimas corrieron
como corren ahora, madre mía.
Después, al mundo me lancé, agitado,
y atravesé océanos y torrentes,
y recorrí cien pueblos diferentes,
tenue vapor del huracán llevado,
alga sin rumbo que la mar flagela,
viento que pasa, pájaro que vuela.
Mucho, madre, he adquirido,
mucha experiencia y muchos desengaños,
y también he perdido
toda la fe de mis primeros años.
¡Feliz quien como tú ya en esta vida
no tiene que luchar contra la suerte
y puede reposar en la seguida
inalterable calma de la muerte;
sin ver ni padecer el mal eterno
que nos hiere doquier con saña cruda,
ni llevar en el pecho el frío interno
de la indomable duda!
¡Feliz quien como tú, con altiveza
reclinó para siempre la cabeza
sobre los lauros del deber cumplido;
cual la reclina, por la muerte herido,
tras el combate rudo,
risueño, el gladiador sobre su escudo!
Esa, madre, es tu gloria
y alta recompensa de tu historia,
que el premio sólo del deber sagrado
que impone el cristianismo
está en el hecho mismo
de haberlo practicado.
Madre, voy a partir; mas parto en calma
Y sin decirte adiós, que eternamente
me habrás de acompañar en esta vida.
Tú has muerto para el mundo indiferente,
mas nunca morirás, madre del alma,
para el hijo infeliz que no te olvida.
Y fuera el paso nuevo,
y desde su alto y celestial palacio,
su brillo siempre nuevo
derrama el sol por el cerúleo espacio...
Ya lejos de los túmulos me encuentro,
ya me retiro, solitario y triste;
mas, ¡ay! ¿a dónde voy? ¡si no existe
de hogar y madre el venturoso centro!...
¡A dónde? ¡A la corriente de la vida,
a luchar con las ondas brazo a brazo
hasta caer en su mortal regazo
con el alma en paz y con la frente erguida!

miércoles, 9 de abril de 2008

Escudo antimisiles en Europa Central


Estados Unidos tiene planeado colocar diez misiles interceptores en Polonia y un radar en República Checa para el 2012. Esta medida cuenta con la fuerte oposición de Rusia porque esta considera que ese despliegue militar atenta contra su seguridad. Washington se defiende diciendo que el escudo antimisiles es de “carácter defensivo” y solo pretende proteger a EE.UU y a Europa de un ataque “terrorista”.

El presidente ruso Vladimir Putin ha dicho que permitiría la instalación de las bases con la condición de que expertos militares rusos sean observadores permanentes en la base de antimisiles, lo que ha sido totalmente rechazado por los polacos. Otra propuesta del presidente ruso ha sido la creación de un “sistema global antimisiles conjunto”, pero esta vez es George W. Bush quien se opone tajantemente.

La “Madre Rusia” históricamente ha sido un imperio que desconfía de sus fronteras occidentales. En dos oportunidades desde ese flanco han penetrado enormes ejércitos que infligieron excesivo sufrimiento a la población rusa. En 1812, un ejercito de más 700,000 soldados bajo las órdenes del Emperador Napoleón Bonaparte, emprendió su marcha hacia el Este, que culminó con la toma de Moscú, ciudad que el General francés encontró en cenizas, ya que los mismos rusos le prendieron fuego para que los franceses no se pudieran refugiar en ella. Esta guerra es conocida por la historiografía rusa como “La Guerra de la Madre Patria” o “La Guerra Patriótica”. Casi 130 años después de los franceses, un ejército aún más letal y devastador desató todo su poder de fuego e ira contra Rusia (Unión Soviética, 1917-1991), las tropas hitlerianas habían activado la “Operación Barbarroja”. La implacable doctrina militar alemana, la Blitzkrieg, hizo que se movilizara la maquinaria bélica más aniquiladora que se conociera hasta ese momento. El resultado fue la pérdida de 27 millones de rusos y la destrucción total de ciudades, como Stalingrado (hoy Volgogrado) que resistieron el asedio nazi casa por casa, piedra por piedra, ruina por ruina. La historiografía rusa le añadió a esta guerra la palabra “Gran” para distinguirla de la guerra contra Napoleón y le llamaron “La Gran Guerra Patriótica”, que culminó con la toma de Berlín en 1945 por parte del ejército rojo, 4 años después de comenzado el infierno.

En ambos casos, a pesar de que el territorio ruso fue invadido y parcialmente destruido, paradójicamente resulto ser el punto de inflexión que produjo la derrota tanto de Napoleón como de Hitler. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Stalin había logrado hábilmente – como buen realista político que era – obtener la expansión del imperio soviético anexando 500,000 km2 de Europa del Este y establecer la influencia soviética en Polonia, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria, Hungría y la República Democrática Alemana, convirtiéndolos en “Estados satélites”

Evidentemente lo que pretendía el premier soviético era crear un “colchón” que amortiguara cualquier avance de tropas hacía sus fronteras y evitara una nueva devastación en territorio ruso como las causadas por los alemanes. Para 1945, el Imperio Soviético había logrado expandir su territorio a los niveles de la Rusia Zarista, incluso la había superado en extensión dentro de territorio europeo. Pero inesperadamente en 1991, se desmorona el “gigante con pies de barro”, y en cuestión de meses se desmiembra la Unión Soviética, pasando a convertirse momentáneamente la Comunidad de Naciones Independientes (CEI), que en realidad era un intento vano de Rusia por conservar su antigua hegemonía en las repúblicas recientemente independizadas, a saber: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.

Súbitamente Rusia se vio convertida de superpotencia global a potencia regional de segundo orden, con un arsenal nuclear importantísimo y un orgullo nacional, aunque vapuleado, no derrotado. Al primer presidente democrático de la Federación Rusa, Boris Yeltsin (1990-1999), le tocará la difícil tarea entenderse con Occidente y estrechar lazos con el antiguo enemigo ideológico, los Estados Unidos de América. Rusia ávida de capital extranjero, dependía de la ayuda financiera para que una potencial guerra civil no estallara y desestabilizara al país más extenso del mundo y el segundo poder militar del planeta.

En el año 2000, un ex espía de la KGB, asume la presidencia de Rusia, su nombre: Vladímir Vladímirovich Putin. Abstemio, atlético, políglota y joven; el nuevo mandatario inyectaría nuevos bríos a la política rusa, sobre todo a la política internacional. El nuevo presidente busca recuperar el prestigio perdido de su país, se acerca a Alemania y Francia, pero le planta fuerte contraposición a los Estados Unidos de América, sobre todo en los intentos hegemónicos de los descendientes Teodoro Roosevelt en la Casa Blanca de ampliar su influencia hacía Europa Central y del Este, en detrimento de Rusia.

Crédito: Imagen de Bush y Putin, tomada de: http://www.ideasydebate.com/


En lo concerniente a la instalación de los misiles en Polonia y el radar en la República Checa, ese asunto pasará a manos del nuevo presidente ruso Dmitri Medvedev y del próximo(a) presidente(a) de los EE.UU. y tendremos que esperar, sobre todo en el caso de EE.UU, cual será la postura del nuevo Jefe de Estado de ese país, respecto a este álgido tema.

martes, 8 de abril de 2008

Utopía

Algunas veces cuando cierro mis ojos en la noche permito que mi imaginación vuele dándole la libertad de crear, inventar, jugar, pensar, filosofar. Continuamente vienen a mi mente imágenes de un lugar perfecto donde no existe el sufrimiento, donde la sociedad ha alcanzado un grado evolutivo donde las guerras han desaparecido y el ser humano tiene como actividad personal principal el mejoramiento de su mente y su espíritu. Estos pensamientos me siguen desde mi niñez.

Veo ciudades perfectamente construidas, edificios hermosos, colocados con minuciosa planificación urbana; un lugar para los edificios gubernamentales y embajadas, otro para los museos, teatros, librerías, bibliotecas, escuelas y universidades; sitios para la práctica de deportes y recreación al aire libre; áreas residenciales rodeadas de hermosa vegetación y calles limpias; vías de comunicación hermosamente pavimentadas que posibilitan el acceso fácil a quienes deseen desplazarse de un lugar a otro de la ciudad en automóviles no contaminantes.

En cuanto a las personas, las visualizo: educadas, cultas, sanas, inteligentes, bondadosas y con extraordinario talento para las artes (Música, danza, escultura, arquitectura, literatura, teatro, pintura). La convivencia en sociedad es armoniosa, ya que cada quien conoce su papel en la comunidad, y desempeña sus funciones óptimamente porque considera su trabajo, no como un deber, sino más bien como una oportunidad de servir a sus conciudadanos y por ende a él o ella mismo.

Que decepción – y a la vez curiosidad - fue saber en mi temprana adolescencia, que un tal inglés llamado Tomás Moro (Thomas More o Thomas Morus), nacido justo cinco siglos antes que yo, había escrito un pequeño libro llamado “Utopia” donde se describía a una sociedad perfecta que se desarrollaba en una isla donde todo era felicidad.

¿Por qué fue una “decepción”? Simple, alguien había tenido el atrevimiento de adelantarse a mis ideas, y no por poco, solo por 500 años. Que inocente y a la vez que egoísta era, yo tendría 11 o 12 años. Lo bueno, después de todo, es que descubrí un socio extemporáneo de mis locas ideas, por lo que desde ese momento consideré a Tomás Moro mi pana de sueños… de utopías.

Con el pasar de los años he logrado comprender que no solo mi amigo Moro y yo tenemos este sueño de un mundo ideal, millones de personas comparten este sueño, ciertamente están los realistas-pesimistas, que no creen que el mundo pueda salir de sus cadencias y limitaciones. Pienso que en el fondo de los corazones de los “realistas”, hay un hilo de esperanza al que desean aferrarse, aunque sea secretamente. Creo que todos sin excepción tenemos la certeza que en algún momento una especie de “Edad Dorada” reinará en la Tierra. No hay que ser religioso o espiritual para tener este deseo, simplemente hay que sentir Amor por la humanidad y la vida en todas sus manifestaciones, y hasta un ateo puede sentir este tipo de Amor.

La humanidad a través de los siglos ha evolucionado, de manera lenta y con muchos sufrimientos, pero ha avanzado. Los últimos 200 años, sin embargo, han sido de logros materiales sin precedentes en la historia conocida de la humanidad ¿Qué nos hace pensar que en los próximos 200 años no se pueda producir un salto cualitativo en la evolución de la humanidad?

Nuestro mundo no sería como es si no existieran los idealistas y los soñadores… pero hay que tener también los “pies en la tierra”. El equilibrio es la clave.

lunes, 7 de abril de 2008

Muhammad Yunus

Economista y banquero bengalí, desarrolló el sistema de micro créditos en su país natal, Bangladesh. Fundador del Banco Grameen, el 94% de las acciones del Banco pertenecen a los propios clientes, mientras que el 6% restante pertenecen al Estado de Bangladesh, pero el dato más impresionante es sobre el historial de pagos del Banco, el 98,85% de lo prestado es pagado. Comenzó en 1973, prestando el equivalente de US$27.00, a varias mujeres pobres de una aldea cercana a la Universidad donde Yunus se desempeñaba con Director del Departamento de Economía rural. Hasta la actualidad el Banco a desembolsado en prestamos miles de millones de dólares y tiene más de 19,000 empleados. Cuenta con proyectos similares en más de 50 países en Europa, África, América y Asia.

Cuando Yunus recibió el Premio Nobel de la Paz en el 2006, el parlamento noruego justificó con las siguientes palabras el porque se le daba el galardón al economista: "Por sus esfuerzos para incentivar el desarrollo social y económico desde abajo". Es menester hacer notar que no fue el Nobel de Economía que se le otorgó, ¡Fue el de la Paz!. Ciertamente no desmeritamos el reglón de economía, pero el premio de la Paz – en este caso – implica que se le reconoce a Yunus su altísimo Amor hacia la humanidad, en especial hacía los más olvidados y excluidos de la sociedad, los pobres.

Yunus se dio cuenta que las teorías económicas existentes no daban respuestas al porque de la pobreza, ni da explicación porque una persona muere de hambre. Acostumbrado a hacer cálculos en 6 o 9 cifras, un buen día noto que con solo 2 takas (moneda de Bangladesh) podía cambiar la vida de una persona. No se trataba de regalar dinero o dar una limosna, cosa que él considera degradante si se trata de dar dinero a persona en capacidad de trabajar, es más bien prestar poco dinero para que esa persona a través del autoempleo se generen los ingresos que permita pagar el préstamo y definitivamente sea la vía para salir del ciclo de pobreza crónica.

Las beneficiarias son principalmente las mujeres, cosa que representó al principio un reto para el proyecto de micro créditos. Recordemos que Bangladesh es un país cuya población es predominantemente musulmana, y se enfrentaba al problema de que no podía hablar directamente con las mujeres para convencerlas a tomar micro créditos; por otra parte los esposos no veían con buenos ojos que “sus” mujeres manejaran dinero, ya que eso es “cosa de hombres”. El Banco Grameen fue acusado de ser un elemento conspirativo del capitalismo y el cristianismo occidental para socavar la moral y las buenas costumbres musulmanas.

¿Por qué Yunus quería prestarles a las mujeres y no a los hombres? La respuesta es sencilla, porque las mujeres como madres invierten en sus hijos, una madre con mejores ingresos pueden alimentar mejor a sus hijos y enviarlos a la escuela, lo que ayudará a mejorar las condiciones de vida en el futuro de esos niños. Yunus es un musulmán practicante, y consiguió con el tiempo hacer entender que su proyecto no era “antimusulmán” o “procapitalista”, el solo quería ayudar a las mujeres pobres.

Yunus ha probado, que se pueden crear empresas privadas enfocadas al bien social y que son exitosas. También está por encima de la izquierda o la derecha, los de “derecha” le llaman marxista por estar con los más pobres y desdeñar el lucro y los de “izquierda” le llaman capitalista porque él apoya y cree beneficioso el sector privado en la economía.

En su libro “Hacia un mundo si pobreza” pueden ahondar más sobre la vida y obra de este gran hombre de nuestro tiempo, que sueña conque para el 2050 la pobreza sea un término que solo se lea en los libros de historia. Con voluntad política y con fe en que esto se puede lograr los sueños de Yunus podrán ser una realidad. En 42 años… hablamos.

domingo, 6 de abril de 2008

Puntualidad



¿Cuantas veces hemos organizado una reunión y si queremos que los comensales lleguen a las 8:00 p.m., le decimos que lleguen a las 7:00 p.m. o 7:30 p.m. para que lleguen a la hora que teníamos pensado comenzar la cena?. Creo que esta práctica es un hecho común en nuestros países latinoamericanos, donde existe un supino irrespeto a Kronos, dios pagano del tiempo.

El tiempo, cosa tan preciada en el mundo convulsionado en donde vivimos, por algo la frase “El tiempo vale oro”, a pesar de ello mucha gente juega con su tiempo, y con el tiempo de los demás, como si el valor de los segundos… minutos… horas… fuera más bien el de la pirita en vez del áureo metal precioso.

Inglaterra exhibe orgullosa la Torre del Reloj del Parlamento, mejor conocido como el “Big Ben”, que desde el 7 de septiembre de 1859, se ha convertido en referencia de exactitud horaria para los londinenses y para el otrora todopoderoso Imperio Británico. Es lógico que los ingleses construyeran el “Big Ben”, obra que representó un enorme reto tecnológico para su época, puesto que requerían organizar su inmenso imperio con precisión, y medir el tiempo era vital para tan importante empresa. Hoy en día se usa la frase “puntualidad inglesa” para referirse a aquellas personas que son puntuales.

Europa en general tiene una bien ganada reputación de ser personas puntuales. Y es que su vida se rige en función del tiempo. Pensemos en el sistema de ferrocarriles del viejo continente, si un tren anuncia que llegará a determinada hora, pues el pasajero puede tener la seguridad que a esa hora llegará, y no me refiero a números “redondos” 7:00 p.m. o 10:00 p.m., quiero decir que si un tren indica que llegará a las 4:16 p.m. a esa hora llega. Parece de poca importancia especificar esos 6 o 16 minutos por encima de las 4:00 p.m., pero sucede que si un pasajero tiene que hacer un trasbordo para ir de Berlín a Praga y el tren sale a las 4:25 p.m. un retrazo de minutos podría ser catastrófico para los planes de ese pasajero, desde luego, ese es el mismo caso para millones de personas que se trasladan en tren. Viajeros de negocios o simples turistas se verían en graves dificultades si el servicio de tren no funcionara con precisión, causando incalculables pérdidas para la economía europea.

Los latinoamericanos tendemos a pensar o decir: ¡Que horror, ser esclavos del tiempo!. Desdeñamos la importancia del tiempo considerándola un cruel dictador que nos impone disciplina y organización como si eso fuera peor que las siete plagas de Egipto. Si supiéramos la importancia que tiene el ritmo en el fluir de las cosas de la vida, estoy seguro que aprovecharíamos más nuestro tiempo y respetaríamos el de los demás.

No se trata de convertirnos en leviatanes actuando rígidamente sin emoción ni independencia de criterios, no se trata de dar monotonía a vidas ya de por sí agobiadas por el trajín de la vida urbana del siglo XXI. Me refiero a crear hábitos constructivos y repetirlos y repetirlos, hasta que algún día hagamos naturalmente las cosas buenas sin esfuerzo.

Si intentamos todos los días llegar temprano a nuestro trabajo, a nuestra universidad o una cita de negocios o de placer, llegará el momento en que la puntualidad será parte de nuestras vidas en vez de ser un terrible esfuerzo que se debe hacer para “quedar bien”. La puntualidad habla muy bien de quien la practica. ¡Seamos puntuales pues!.

viernes, 4 de abril de 2008

Tibet y China

Recientemente observamos por televisión o leemos en internet las disturbios en el Tibet provocado por manisfestantes que reclaman la independencia de Tibet de China. Vemos también en los mass media como el gobierno chino a repelido esta manifestación usando la violencia. Me pregunto yo ¿Estos sucesos obedecen a un deseo legitimo de independencia por parte del pueblo tibetano o será un intento de parte de intereses poderosos que quieren dañar la imagen de China de cara a los Juegos Olimpicos que en meses próximos se celebrará en Beiging?.
Hagamos un poco de historia. Tibet "El techo del mundo", enclavada en la cordillera himalaya en Asia Central, fue entre los siglos XIII hasta el XVI dominada por el Imperio Mongol. En el siglo XVIII los chinos se hicieron con el control de Tibet imponiendo un comisionado que gobernaba apoyado de un fuerte contingente de soldados. Llegado el siglo XX, Gran Bretaña, Rusia y China firman un tratado en el que se le reconoce la soberanía China en el Tibet. En 1911 estalla la guerra civil en China, y tienen que movilizar tropas desde el Tibet, momento que se aprovecha para buscar la independencia del Tibet. Mongolia en 1913 y la Gran Bretaña en 1914 firman acuerdos reconociendo la independencia del Tibet, en las negociaciones británicas China fue excluída.

Pero China jamás abandonaría sus pretenciones hegemónicas sobre Tibet y fue así como entre 1950 y 1956 los chinos ocupan de nuevo Tibet, cuyo ejercito debilmente armado sucumbe ante el poderío militar chino. En 1956, Su Santidad el Dalai Lama tendría que salir al exilio rumbo a la India.

Durante las décadas que siguieron El Dalai Lama se ha dedicado a través de una política NO VIOLENTA buscar una solución al problema tibetano, esfuerzo que se vió reconocido con el Premio Nobel de la Paz en el año de 1989.

Volviendo a la actualidad, el gobierno de Beiging acusa al Dalai Lama de estar causando estos disturbios, mientras que el lider espiritual tibetano hace llamados por que cesen los disturbios y se regrese a la paz.

Los defensores de la ocupación China alegan, que el Tibet era un país feudal gobernado por unos cuantos monjes que tenían en situación se servilismo a la mayoría de la población que estaba sumida en el atrazo, en contraste con el progreso material que han alcanzado gracias al socialimo los chinos exhiben obras de insfraestructura contruidos por el Estado Comunista Chimo: Vías de modernos ferrocarriles (ver imagen), universidad, carreteras, son solo algunos de los logros que han traído progreso a Tibet.

Bajo esta óptica ¿Se justifica la invasión de un país poderoso a uno debíl en nombre del progreso? o ¿Esta China actuando acertadamente ocupando una región que ellos dicen tener legitima soberanía sobre ella? ... El debate está abierto.

Nació mi Blog

Hoy 4 de abril de 2008, al fin me he decidido crear un blog. Desde hace tiempo he sentido la inquietud de crear un espacio en internet donde coloco a disposición de los internautas mis pensamientos, reflexiones, inquietudes, experiencias... en fin cosas importantes (Al menos para mi). Mi propensión natural es atesorar celosamente en el secreto de mis pensamientos y mis sentimientos aquello que está dentro de mí, pero creo que llegó el momento de compartir parte de lo que por mi cabeza pasa y en mi corazón acontece.

Principalmente pretendo "filosofar" sobre los asuntos de la vida, no con pretensión académica, más bien pretendo realizar una filosofía empírica que me permita llegar a la verdad a través de la reflexión, la observación y el sentimiento o la intuición.

Me interesa hablar sobre política internacional, deportes, literatura, técnología, música.

Vamos a ver como resulta este experimento.

Bienvenidos!

Iesous