miércoles, 27 de agosto de 2008

"No way. No how. No McCain".

Ayer, 26 de agosto de 2008, la senadora Hillary Clinton dio un maravilloso discurso en la Convención del Partido Demócrata que se celebra en Denver, Colorado. El auditorio estaba repleto de personas aplaudiendo de pie a la oradora estrella de la noche. La senadora Clinton varias veces trató de iniciar su discurso, pero la ovación era tal que se le imposibilitaba gesticular palabra alguna, solo acertaba a decir: “Thank you”. Su más que famoso esposo, el expresidente Bill Clinton, desde su asiento veía hacia el escenario con ojos llorosos visiblemente conmovido por el ambiente generado por la aparición en escena de su esposa.

El mensaje central era: ¡No McCain!; ¡No cuatro años más de administración republicana!. Pero lo que me pareció el punto clímax de su discurso fue cuando dijo: “Quiero que se pregunten a ustedes mismos: ¿Estaban en la campaña sólo por mí?”. Esta pregunta iba directamente dirigida a ese 30% de personas que votaron por ella en las primarias y que ahora afirman, según las encuestas, que no votaran por Obama o peor aun que quizás voten por el candidato republicano.

Fue genial esa pregunta, porque en ese momento dejó a un lado el cruento enfrentamiento verbal que tuvo con el ahora candidato demócrata Barak Obama y pasó de la lucha casi personal al plano de las ideas y las convicciones intrínsecas en el pensamiento demócrata que ella tanto ha defendido a lo largo de sus más de 30 años de carrera política. En resumen, lo que le quería decir a sus seguidores indecisos era: más importante que yo - Hillary Clinton - son los ideales, y Obama está más cerca de ellos que McCain.´

Obama necesitaba ese apoyo de Hillary y lo tuvo, ahora hay que esperar en las próximas semanas para saber cual será el efecto del discurso pronunciado por esta brillante mujer. Las encuestas realizadas para medir la intención de voto de cara a las elecciones presidenciales de noviembre dan un empate técnico entre Obama y McCain, cosa que resulta preocupante para los demócratas, considerando el enorme desprestigio que tiene la actual administración de George W. Bush, y que sin embargo no se traduce en apoyo a la candidatura demócrata.

Mi temor es que el gran discurso de Hillary Clinton cause el efecto contrario, y aquellos indecisos en vez de seguir las exhortaciones de la ex Primera Dama, piensen en lo que se están perdiendo al no ser la Hillary la candidata demócrata. Si yo, que confieso mis simpatías hacia Barak Obama, al ver el discurso de ayer dije en mis pensamientos: ¡Guao! Esta señora hubiese sido una estupenda presidente de los Estados Unidos de América. Cuanto más no lo pensarían sus fieles seguidores.

Esperamos a noviembre, pero de cualquier manera afirmo: "No way. No how. No McCain".

jueves, 7 de agosto de 2008

Era atómica

Cuando era niño solía preguntarle a mi abuela cuales era los personajes más despiadados de la historia, ella me respondía: Adolfo Hitler y Harry Truman. El Führer era respuesta lógicamente esperada, pero ¿Truman?. ¿Porque no Stalin, Mussolini o Mao Zedong?. Mi abuela me respondía, él ordenó el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagazaki.

En los años ochenta del pasado siglo, cuando el mundo estaba inmerso en la guerra fría que enfrentaba a estadounidenses y soviéticos, aquellos que admirábamos la democracia y las libertades sentía simpatía por los valores “americanos” y no podía entender como un presidente de los Estados Unidos de América podía ser considerado como una de las personas más despiadadas de la historia. Siempre respeté a mi abuela Flor por ser una mujer culta e inteligentísima, pero no podía estar de acuerdo con ella en su valoración acerca del sucesor de Franklin Delano Roosevelt.

Hace 63 años en la mañana de un 6 de agosto de 1945, Little Boy hacía explosión a 600 metros sobre el centro de la ciudad japonesa de Hiroshima, siendo este el primer ataque nuclear de la historia de la humanidad, desgraciadamente no sería el último, tres días después, el 9 de agosto, Nagasaki sería arrasada por una segunda bomba atómica, aun más poderosa que la de Hiroshima.

Los defensores del ataque nuclear contra Japón sostienen que en realidad se salvaron vidas tanto estadounidenses como japonesas, alegando que una invasión convencional al Japón hubiese costada decenas de miles de bajas en el ejercito de los Estados Unidos de América y aún más bajas del lado japonés. Añaden también que los japoneses no se hubiesen rendido incondicionalmente de no haber sido atacados con tanta contundencia. Por último, el ataqué nuclear significó la revancha por el ataque sorpresa de Japón sobre Perl Harbor en Hawai.

Tratando de ver desde una óptica realista, desapegado de cualquier consideración moral o ética, los sucesos históricos y sus posteriores consecuencias, podrían dar razón a Truman y su Secretario de Estado. Japón se rindió el 14 de agosto, aunque no de forma incondicional, el Emperador no sería juzgado por crímenes de guerra (El propio Truman lo borró de la lista de personajes a enjuiciar) y se mantendría en su función. Japón, bajo ocupación estadounidense, gobernado durante más de 5 años por el impertérrito General Douglas MacArthur, instituyó importantes reformas en el sistema político japonés que se mantienen vigentes hoy en día. El país del sol naciente es en la actualidad un fiel aliado de los Estados Unidos y junto con el Reino Unido de la Gran Bretaña, son los aliados geoestratégicos idóneos en los flancos orientales y occidentales del continente euroasiático que sirven de puentes para la hegemonía estadounidense a nivel global.

Sin embargo, existen historiadores que hacen fuertes críticas al lanzamiento de sendas bombas nucleares. Los motivos que exponen son: Los japoneses en junio de 1945 ya habían intentado enviar un mensaje a través de Suiza comunicando su intención de rendirse, la cual no fue aceptada por Truman ya que esta no era una rendición incondicional.
Teller y Szilard, físicos que participaron en el proyecto para la creación de la bomba atómica, discreparon fuertemente sobre la utilización de la bomba afrimando que: “El usar el arma en un área civil sería una atrocidad”.

Varios científicos sugirieron la posibilidad de hacer una demostración a los japoneses en un área inhabitada para exponer el poder de la bomba y disuadirlos a rendirse sin necesidad de atacar zonas pobladas. Evidentemente el Alto Mando militar estadounidense rechazó esta propuesta.

Los críticos afirman también que después del enorme gasto que significó el “Proyecto Manhattan" este sería justificable solo si la bomba atómica fuera utilizada para decidir el resultado de la guerra. A lo que habría que añadir que el arma necesitaba ser probada en una ciudad para evaluar su potencial real, es decir, los habitantes de Hiroshima y Nagasaki fueron usados como “ratones de laboratorio”.

El mundo de la postguerra sería definido precisamente por el temor al holocausto nuclear. Después de 1945, otras naciones como la Unión Soviética, Inglaterra, Francia y China lograron desarrollar su propio programa nuclear.

Afortunadamente para la humanidad, nunca más otra ciudad ha sido atacada con armas nucleares. El peligro está latente, a pesar de haberse derrumbado el bloque soviético y desaparecido el espectro de una tercera guerra mundial, cierto es que nuevas naciones están procurando desarrollar armas nucleares lo que podría desestabilizar el sistema internacional tal como lo conocemos hoy en día.

Estadounidenses y soviéticos por muy poco evitaron el enfrentamiento nuclear que habría significado el fin de la raza humana. ¿Otras naciones serán capaces de no cometer errores que devengan en un horror nuclear?.

Espero que las lecciones de Hiroshima y Nagasaki disuadan a la humanidad para la erradicación total de este tipo de armas.
PD: Sigo en desacuerdo con mi abuela, Truman no es de los peores de la historia.

lunes, 7 de julio de 2008

El Genocidio en Ruanda de 1994



El pasado 5 de julio de 2008, presenté ésta ponencia en el SEMINARIO ESPECIALIZADO EN DERECHOS HUMANOS, CONFLICTOS ARMADOS Y JUSTICIA PENAL, organizado por FUNCEJI y la Universidad Católica de Santo Domingo.



El GENOCIDIO EN RUANDA DE 1994

1.- INTRODUCCIÓN

Primeramente deseo agradecer a FUNCEJI en la persona de su presidente el señor Cristhian Jiménez por la gentil invitación que ha tenido a bien cursarme para participar el día de hoy en este “conversatorio” que forma parte del Seminario especializado en derechos humanos, conflictos armados y justicia penal.

Los estudiosos de la historia tratan de explicar como y porque se produce un suceso en un momento y lugar específico, la historia trata de enseñarnos nuestros errores para que supuestamente no los repitamos. Explicar con rigor y disciplina histórica los hechos que sucedieron hace apenas 14 años en Ruanda, representa más que un reto para aquellos que quieran aproximarse a entender como en un período de 100 días un grupo étnico es capaz de aniquilar entre 800,000 a 1,000,000 de personas de otra etnia - hay que agregar más 500,000 mutilados que lograron sobrevivir - por el hecho de estos haber sido subyugados por sus victimas en el pasado.

Ciertamente la historia está plagada de sucesos de masacres y exterminio mutuo entre pueblos, naciones o civilizaciones que lucharon hasta conquistar o arrasar por completo al oponente. En pleno siglo XX se sucedieron dos guerras mundiales que representaron los puntos más bajos en los que ha podido llegar la humanidad en su irracional comportamiento agresivo y belicoso que ha sido su constante desde que se empieza a registrar la historia. Egipcios e Hititas hace más de 1200 años antes de Cristo luchaban entre si para lograr la hegemonía del mundo conocido por ellos. Desde esos tiempos al presente ya bien entrado el siglo XXI las guerras no han cesado. Pero también es cierto que hoy por hoy la humanidad como nunca antes en la historia repudia la guerra como forma de resolver los diferendos, y creo que esa esperanza cierta que albergan nuestros corazones de erradicar la guerra es lo que nos reúne en este recinto el día de hoy y es lo que nos anima a tener fe en que la paz reinará en nuestro planeta.

Regresando al tema central que esta mañana nos atañe, quisiera recordar unos extractos de las palabras pronunciadas por el Secretario General de las Naciones Unidas, el señor Kofi Annan, premio Nobel de la Paz en el año 2001. Este mensaje fue emitido el 7 de abril de 2004, cuando se cumplían 10 años del genocidio de Ruanda, cito:

(…) “Ni la Secretaría General de las Naciones Unidas, ni el Consejo de Seguridad ni los Estados Miembros, ni la prensa internacional, prestaron suficiente atención a la evidente acumulación de síntomas de desastre”. (…)
(…) “La comunidad internacional fracasó en Ruanda, y eso debe dejarnos con un sentido de amargo rechazo y pena permanente”.
(…) “En Tanzania, un tribunal penal de las Naciones Unidas, ha emitido veredictos pioneros, incluyendo en ser el primero en hallar a un ex jefe de gobierno responsable por genocidio y a periodistas, culpables de genocidio, y el primero en determinar que la violación fue utilizada como un acto de genocidio”.
(…) “el riesgo de genocidio permanece real de una manera alarmante” (…)
(…) “No podemos esperar hasta que lo peor haya sucedido, o esté todavía sucediendo, o firmar documentos inútiles o adoptar una cruel indiferencia. El mundo debe estar mejor equipado para prevenir el genocidio, y actuar decisivamente para frenarlo cuando falla la prevención”
(…) “Que las víctimas del genocidio puedan descansar en paz. Que nuestra existencia sea marcada de manera permanente por sus sacrificios. Y que esta tragedia nos lleve a ensayar, de manera conjunta, tratarnos los unos a los otros como miembros de una sola y misma familia humana.”

En mi ponencia trataré de mencionar los hechos históricos precedentes al genocidio, sabiendo de antemano que nada puede explicar o justificar semejante matanza, pero si nos puede brindar un panorama contextualizado de los hechos ocurridos en Ruanda entre los meses de abril a junio de aquel infausto año 1994.

2.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS LEJANOS

2.1.- Primeros pobladores de la región que hoy ocupa Ruanda.

Debido que el genocidio tiene como componente principal cuestiones de carácter étnico vamos a mencionar cuales fueron los primeros grupos humanos que se establecieron en la región que hoy ocupa Ruanda.

Según los datos que se tienen actualmente fueron una tribu de pigmeos llamados Twa o Batwua los primeros en ocupar las regiones de Ruanda y Burundi, este pueblo se dedicaba principalmente a la caza. Los hutus comienzan a llegar de manera nómada a este territorio, cientos de años después que los twa, y se dedican principalmente a la agricultura. En los siglos XII y XIII comienzan a llegar los tutsi y durante aproximadamente 300 años los tres grupos convivieron pacíficamente.

Para los años del 1500 los tutsi comenzaron una cruel persecución y dominación sobre los hutus reduciéndolos a una especie de vasallaje. Con el correr de los tiempos los tutsi fueron afianzándose en lo más alto de la escala social y económica, a pesar de ser esta etnia inferior en cuanto al número de pobladores en comparación con los hutus que les superaban en números mas no en posición social y riqueza.

2.2 Reparto de África: Colonialismo alemán y belga.

Para el último cuarto del siglo XIX las potencias europeas comenzaron una renovada vorágine de apetitos imperial en la que África sería blanco dócil del poderío industrial y militar europeo. En 1884 y 1885 se llevó a cabo la Conferencia de Berlín para dilucidar los reclamos territoriales de las potencias europeas en África.

El recientemente unificado Imperio Alemán (1871), había llegado tarde al reparto imperial europeo debido a su crónico fraccionamiento desde los tiempos del Sacro Imperio Romano Germánico que mantenía a los reinos alemanes atomizados abandonándola a una posición de relativa debilidad frente a sus vecinos Francia, Inglaterra, Austria y Rusia que habían logra constituirse en Estados Nacionales e Imperiales que les permitió acumular territorios coloniales en el orbe entero.

Sin embargo la unificación Alemana causó un desequilibrio notable en la balanza de poder del Concierto europeo, por lo que pronto puso en movimiento los engranajes diplomáticos para hacerse un espacio en el reparto colonial mundial. Es así como Alemania logra adquirir un territorio de más de 2,500.000 Km2 en África, equivalente a los que hoy en día son: Ruanda, Burundi, Tanzania, Namibia, Camerún y Togo.

Para 1919, Alemania derrotada en la primera guerra mundial perdió su pequeño imperio colonial, adjudicándose a Bélgica el territorio de Ruanda y Burundi, que de hecho ya había ocupado militarmente desde 1916 durante la conflagración mundial. Finalmente en 1962 Bélgica, en marco del proceso de descolonización liderado por la O.N.U., finalmente se le concedió la independencia por separado a Burundi y a Ruanda.

Los gobernadores belgas en un principio dieron su respaldo al dominio de los tutsi en las relaciones socio-económicas que ya venía desempeñando desde hacía cuatro siglos atrás, aunque luego comenzaron a apoyar a los hutus debido a que los tutsi comenzaron exigir cada vez más poderes, actitud que resultó intolerable para los belgas.

Los términos tutsi y hutu están ligados a los acontecimientos históricos de Ruanda y los ruandeses se encuentran divididos entre dos opiniones distintas: si las denominaciones hutu y tutsi originalmente definían etnias o clases sociales.[1]

Es así como surgen los primeros movimientos políticos en Ruanda con un corte marcadamente étnico. Se forman entonces: La Unión Nacional Ruandesa (UNR), de tendencia antihutu, la Unión Democrática Ruandesa (RADER), el Partido del Movimiento de Emancipación hutu (Parmehutu) y la Avocación para la Promoción Social de las Masas (Aprosoma) de orientación antitutsi [2].

En la década de los cincuentas del pasado siglo comienza un proceso sistemático y organizado por parte de los hutus, para romper con su situación de inferioridad en el orden socio-económico en Ruanda y poder conseguir mayores igualdades y oportunidades en el reparto de la riqueza.

2.3 Fin del colonialismo belga: Ruanda Independiente.

Cuando ya se acercaba el fin del dominio colonial de Bélgica, en 1959 se produce una rebelión de los hutus contra los tutsis que se ven obligados a emigrar a los países vecinos. Ruanda que era una monarquía gobernada por tutsi ante la presión de los hutus, en 1961, tuvieron que aceptar la República como nueva forma de gobierno bajo control hutu. Miles de tutsi, la mayoría de ellos jóvenes, abandonaron Ruanda ante el creciente poder que comenzaban a tener los hutus, que ya habían logrado la independencia de Ruanda. En 1963 los tutsis exiliados atacan a la población hutu, acción esta que fue brutalmente reprimida por el ejército hutu, causando la muerte a miles de tutsis. Los sobrevivientes vuelven a emigrar.

En 1972 en Burundi, cuya población tutsi es superior a la de hutus, inició una masacre en la que aproximadamente 350,000 hutus fueron asesinados por tutsis, tragedia esta que contribuyó a que en Ruanda se exacerbara un odio anti-tutsi por parte de los hutus.

Los siguientes 20 años para Ruanda serían de tensa calma y relativamente buena convivencia entre hutus y tutsis.


3.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS INMEDIATOS.

3.1 La Guerra de Ruanda 1990-1994

A finales de los años ochentas del pasado siglo, la hasta ahora estable economía de Ruanda fue afectada por la caída internacional de los precios del café, esta situación, aunado con la acusación de corrupción que hacían los tutsi al gobierno presidido por los hutus, y el excesivo gasto en defensa a pesar de la significativa reducción de ingresos por concepto de exportaciones, trajo como consecuencia el deterioro del ya tenso conflicto étnico. Por otra parte los tutsi exiliados denunciaban que no se les dejaba volver a Ruanda. Transcurría el año de 1989, y estos factores tanto externos como internos iban soliviantando, creando los gérmenes para un conflicto armado interno.

En octubre de 1990 tropas del Frente Patriótico Ruandés (FPR) invadió a Ruanda desde Uganda. El gobierno ruandés respondió al ataque con la ayuda de Zaire[3], Francia y Bélgica. Se inicia con esto el “caldo de cultivo” para el posterior genocidio de 1994.

El FPR cometió matanzas indiscriminadas en la población de Ruanda lo que obligó al desplazamiento de cientos de miles de personas, estas acciones tanto del FPR así como también las del gobierno Ruandés iniciaron una escalda de violencia que despertaron los sentimientos de odio y revancha acumulados durante siglos y que solo se habían calmado por poco menos de dos décadas.

Para distender el conflicto, el presidente de Ruanda Juvénal Habyarimana, perteneciente a la etnia Hutu, aprobó una nueva constitución que autorizaba el multipartidismo, en agosto de 1993 el presidente Habyarimana y el coronel Alex Kanyarengwe, del FPR, firmaron el Acuerdo de Arusha (Tanzania), sin embargo, motivado a la difícil situación de la seguridad nacional, ambos bandos pidieron el envío inmediato de una fuerza neutral. La O.N.U. intervino y en octubre de 1993, mediante Resolución Nº 872 del Consejo de Seguridad, se le dio el mandato a la UNAMIR hasta que se llevaran a cabo elecciones en Ruanda con miras al establecimiento de un nuevo gobierno, que estaba previsto que sucediera a más tardar en diciembre de 1995[4].

El Secretario General de la O.N.U. nombró al General de Brigada[5] Romeo Dallaire, Comandante de la misión UNAMIR al mando de 2,500 efectivos militares. El General canadiense en enero de 1994 comunica a sus superiores en el Cuartel General de las Naciones Unidas sobre un plan terrible con el objetivo de eliminar a los tutsi y hutus opositores del gobierno[6]. Al día de hoy no se tiene claro porque las advertencias del general Dallaire no fueron atendidas. En repetidas oportunidades solicitó recursos tecnológicos para identificar a través de satélites grandes movimientos de población, para identificar donde estaban trasladando a la gente antes de matarlos, y le fue negado una y otra vez.

El 6 de abril de 1994, es derribado por un misil (lanzado presuntamente por miembros del FPR) el avión presidencial de Ruanda, en el mismo viajaban Juvenal Habyarimana y Cyprien Ntaryamira, presidentes de Ruanda y Burundi respectivamente, ambos murieron junto con importantes miembros de ambos gobiernos, los dos presidentes eran pertenecientes a la etnia hutu. El camino para el desastre estaba allanado.


4.- EL GENOCIDIO



Para tener una idea general para y conocer en que consistió principalmente el genocidio en Ruanda, me permito citar in extensum el trabajo de Jesús Sordo Medina, titulado “El Genocidio en Ruanda”.

“Considerando todos los datos y testimonios que se poseen acerca del genocidio de Ruanda, hay que aclarar que éste no fue exactamente un genocidio de hutus por un lado contra tutsis, por otro, sino que una falange radical y mayoritaria de la etnia hutu fue la que preparó el aniquilamiento masivo tanto de tutsis como también de hutus moderados u opositores del régimen del Habyarimana y cercanos al FPR. Por lo tanto, el genocidio no fue solo de carácter étnico sino también político. Por otro lado no debemos olvidar que también hubo entre las víctimas miles de ciudadanos de la etnia hutu muertos a manos del FPR. Diversos testimonios nos aclaran que también los militares del Frente Patriótico Revolucionario cometieron asesinatos masivos. Pese a todo, está claro que los tutsis fueron masacrados: se eliminó al 75% de la etnia durante el genocidio”.[7] (Nota: las negritas son mías)

No cabe la menor duda que el genocidio en Ruanda fue planificado y organizado por el gobierno de Ruanda, de otra forma no se puede explicar el asesinato en masas de miles de personas - incluyendo mujeres y niños - diariamente durante cien días consecutivos. Sin embargo la responsabilidad del FPR no debe de desconocerse como causante de la violencia interna en Ruanda y sobre todo en cuanto al detonante final de la crisis como lo fue el asesinado de los presidentes de Ruanda y Burundi.

Hay fuertes indicios que nos llevan a pensar que el ejército Ruandés organizó y armó a los “Interahamwe”, que era grupos de hutus radicales, milicias paramilitares entrenadas por el ejército y armadas con machetes, granadas y pistolas. Esta “falange radical” fue creada en cada población, en cada familia hutu con las despiadada finalidad de llegado el momento comenzar la aniquilación de los tutsi y los hutus opuestos al gobierno.

La confirmación de la premeditación del genocidio en Ruanda nos los puede dar el asesinato de la Primera Ministro de Ruanda, Agathe Uwilingiyimana, quien era una hutu moderada, junto con soldados belgas de la ONU, este crimen fue perpetrado por la guardia presidencial ruandés, el 7 de abril de 1994, en la casa de la ministra. En los días sucesivos 20 de abril de 1994, Bélgica y otros países retiraron sus contingentes militares bajo mandato de la ONU, lo que redujo significativamente la presencia militar del UNAMIR de 2.165 a 270 efectivos[8]. Estas medidas fueron tomadas a pesar de que el Secretario General Boutros Boutros Ghali había invocado el Capítulo 7[9] de la Carta de las Naciones Unidas solicitando “El inmediato refuerzo de UNAMIR”. Por el contrario el Consejo de Seguridad vota unánimemente la reducción de las tropas acantonadas en Ruanda.

El retiro de las tropas del UNAMIR dejó en indefensión a los tutsis y hutus moderados ante las fuerzas del ejército ruandés, pero sobre todo le dio libertad al interahamwe para que comenzaran sin piedad alguna la carnicería humana y la violación de decenas de miles de mujeres.

Días antes de esta decisión del Consejo de Seguridad, el 9 de abril se había constituido en medio del caos reinante el gobierno de Jean Kambanda, en la que no se incluían ni tutsis, ni hutus moderados, es decir, los hutus radicales habían tomado el poder del gobierno de Ruanda. Dos días después, el 11 de abril la Cruz Roja Internacional emite un comunicado informando el asesinato de miles de personas en pocos días. El 21 de abril emitiría otro comunicado informando sobre cientos de miles de muertos. El 19 de mayo, según la Cruz Roja Internacional, las muertes ascendían a medio millón de personas.

La forma sistemática en que se cometieron estos crímenes descarta cualquier suposición de que el genocidio fue un acto espontáneo de hutus contra tutsis. Una vez más el general Dellaire nos ofrece un testimonio muy esclarecedor al respecto. Cito extractos del libro “Yo estreché la mano del diablo”, de la autoría de Romeo Dellaire:

(…) Resulta que los partidarios de la línea dura, dentro de los hutus, entre los que había gente del Gobierno provisional y del Ejército, habían comprendido muy bien que Occidente estaba obsesionado por Yugoslavia y por la reducción de sus fuerzas militares en misiones internacionales; que no querían implicarse en el centro de África (...).

(…) Yo podía suponer que Occidente no quería consagrar muchos recursos para asegurarse un papel de policía planetario, pero ellos tenían la certeza de que era así. Nos conocían mejor que nosotros a ellos. (…)

(…) Ellos, en cambio, sabían que los belgas se retirarían unilateralmente del país y que eso iba a ser un factor determinante para el resto de mi misión. Los mismos oficiales belgas no entendían por qué les sacaban del país cuando más necesarios eran. Ése es el momento que los radicales ruandeses están esperando para iniciar la masacre. Ellos saben que es el momento (…).

Si todavía existían dudas sobre el carácter premeditado de las matanzas este testimonio dado por una de las personas que vivió en el terreno de los hechos los eventos que se desarrollaban en esos infelices meses de abril, mayo y junio de 1994, nos ofrece una visión de que gobierno ruandés había sido tomado por radicales hutus que sabían muy bien que acciones tomar y conocían muy las reacciones del mundo occidental, es decir, sabían que los países desarrollados, en particular EE.UU, Francia y Bélgica, se cruzarían de brazos ante la menor amenaza de sus soldados bajo mandato de la ONU, lamentablemente no se equivocaron.

Si el mes de abril fue uno de confusión, inacción e infamia; mayo no lo sería menos. Después de tres semanas de infierno en Ruanda, la ¿Comunidad Internacional?[10] aun no se decide sobre que medidas tomar.

El 2 de mayo de 1994, el señor Koffi Anan, que se desempeñaba como Coordinador de las Operaciones de las Fuerzas de Paz de la ONU, se quejaba de la insuficiente cantidad de tropas de la ONU en Ruanda después del retiro de los belgas y recomendó que en el caso de que el Consejo de Seguridad aprobara el envío de más tropas, este contingente estuviera bien armado y que fuera capaz “de protegerse a si mismo”; finalmente sentenció: “aquí estamos viendo a personas que están siendo privadas de fundamentales derechos, el derecho a la vida, y da la impresión de que nada hacemos”[11].

El Secretario General Boutros Ghali, el 4 de mayo, ya se refiere a lo que sucede en Ruanda como un “genocidio”. Nadie hasta ese momento se había atrevido a utilizar semejante término ya que los líderes políticos de las principales potencias involucradas evitaban utilizar este término para no verse impelidas moralmente a actuar.

Evidentemente la ONU estaba tratando de enmendarse por no haber sido más enérgica en los meses anteriores a abril de 1994, cuando ya se había recibido desde enero de ese año varios informes por parte del comandante de la UNAMIR acerca lo que se venía planificando por parte del gobierno ruandés. Pero ya era demasiado tarde, las matanzas y violaciones se estaban llevando a cabo de manera sistemática y las potencias del mundo miraban hacia otro lado. Como cité anteriormente, ya para mediados de mayo la Cruz Roja contabilizaba para este momento medio millón de muertos.

Después de tres meses de iniciado el genocidio; en junio los tutsi organizan una guerrilla llamada Ejército de Liberación de Ruanda (ALIR) que contribuyó para que el Frente Patriótico Ruandés (FPR) lograra llegar a Kigali, capital de Ruanda, y expulsar al gobierno liderado por los hutus radicales a mediados del mes de julio de 1994. Esta toma de gobierno por parte de los tutsi produjo el desplazamiento de más de 2,000,000 de hutus que huyeron a Zaire.

Vendría ahora la larga, penosa y dificultosa tarea de establecer responsabilidades, contabilizar la cantidad de muertos y heridos, y lo más difícil de todo, comenzar con la reconciliación y la sanación del impacto psicológico que semejante catástrofe humana deja impresa en las mentes y sentimientos de los que vivieron esos más de 100 días en Ruanda.


5.- REFLEXIONES FINALES

Para los partidarios del realismo político (realpolitik) lo que sucedió en Ruanda es una prueba más de que las naciones del mundo toman sus decisiones en materia internacional basado en sus intereses nacionales y los líderes nacionales en sus intereses políticos particulares. Por lo tanto la moral, la ética y la solidaridad internacional no son más que palabras bonitas que caen en “saco roto” en el oído de las potencias hegemónicas cuando las “crisis” no afecta al status quo internacional y ciertamente no tocan sus intereses.

En el caso de Estados Unidos, debemos de recordar la humillación sufrida por EE.UU. en Somalia en el año de 1993, cuando perdieron 18 soldados que formaban parte de la misión enviada por la ONU a ese país africano sumido en el caos y la guerra civil. Sus soldados muertos fueron mostrados en T.V. siendo arrastrados por Mogadishu[12], causando un brutal impacto en la opinión pública estadounidense, históricamente susceptible en lo referente a la muerte de sus soldados en conflictos que no afectan sus intereses. Este hecho definitivamente fue de vital influencia en la decisión estadounidense de intervenir en conflictos africanos. Según Joan Casòliva y Joan Carrero, los Estados Unidos dieron entrenamiento militar a miembros del FPR en Uganda.

En 1998, en un viaje a Ruanda, el presidente Clinton reconoció que: “el mundo no hizo lo suficiente para evitar los horrores de las matanzas en ese país africano durante 1994, que causaron un millón de muertos” y posteriormente añadió: “En todo el mundo hubo gente como yo sentada en sus despachos que no apreciamos la magnitud y el vértigo con que nos vimos envueltos en este terror inconcebible”.[13]

Los franceses apoyaron al gobierno de Juvenal y abastecieron de armas a su ejército para que combatieran a las fuerzas de invasión del FPR. En junio de 1994 organizaron con autorización de la ONU la “Operación Turquesa”, que consistió en el envío de 2,500 soldados desde sus bases militares en África, contribuyendo a que pudiera llegar la ayuda humanitaria internacional.

En cuanto a la ONU es posible que estuviese sobrepasada en cuanto a sus recursos para lidiar con varias crisis internacionales simultaneas, pero todavía cabría la pregunta ¿Por qué enviar 60,000 soldados a Yugoslavia y solo 2,500 a Ruanda cuando la situación era potencialmente mucho peor en el país africano?.

El viernes, 6 de julio de 2007, la BBC mundo publicó una entrevista realizada al General Romeo Dellaire, en la que el ahora senador canadiense y asesor de la ONU sobre prevención de genocidios, hablaba sobre las responsabilidades de la masacre. Copio textual un extracto de la entrevista[14]:

¿Cuando piensa en Ruanda 13 años después, ¿quiénes son los principales responsables?

En primer lugar los ruandeses, que no llegaron a una solución política cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo, a través del acuerdo de paz negociado en Arusha, Tanzania, con el apoyo de la comunidad internacional. No hay forma de negar que la principal responsabilidad es de los ruandeses.

Sin embargo, cuando los ruandeses que se vieron en medio de estas terribles circunstancias pidieron ayuda, la comunidad internacional los abandonó. Y en este sentido, como digo en mi libro, debemos mencionar como responsables en primer lugar a los estadounidenses y los franceses, seguidos por los belgas, la ONU, y luego todos los que simplemente no hicieron nada ante lo que ocurría.

¿Por qué menciona esos responsables en la comunidad internacional?

De acuerdo al mandato de la ONU, la misión tenía por objeto la implementación de un acuerdo de paz. Pero yo dije claramente, antes de que comenzara el genocidio, que enfrentábamos circunstancias totalmente diferentes. Y después de comenzado el genocidio, cuando necesité refuerzos para detenerlo, la comunidad internacional se negó a proveer a la ONU de los refuerzos necesarios.

Yo cometí errores en el terreno, el Secretariado de la ONU cometió errores y viviremos con ellos, pero los responsables en esta situación de abuso masivo de derechos humanos que se transformó en un genocidio fueron los estados soberanos que conforman la ONU y le negaron los medios para reaccionar.

¿Por qué habla en primer lugar de EE.UU.?

El principal motivo por el que hablo de los estadounidenses es que Bill Clinton había establecido tres semanas antes la política de que no intervendrían nuevamente en África salvo que fuera en el interés propio de Estados Unidos. Y Ruanda no tenía nada que ofrecer, así que decidieron no actuar.

Para finalizar deseo comentar que lamentablemente ni las potencias, ni la ONU, ni la comunidad internacional en general aprendió poco o nada de Ruanda. En Darfur, Sudán desde 2003 se están cometiendo crímenes que perfectamente podrían ser considerado como genocidio y sin embargo una vez más, al igual que en Ruanda, los principales líderes se lo piensan más de dos veces antes de pronunciar estas palabras para referirse a lo que sucede en Sudán.

Mi esperanza es que nuestra generación tome mejores decisiones que nuestros predecesores, tengo la certeza de que la humanidad se enrumbará definitivamente hacia una consciencia más elevada que nos lleven a defender los valores de Verdad, Libertad y Unidad para todas las personas sin distingos de sexo, etnias, religiones o nacionalidades. En el mundo de hoy esto podrá ser una utopía, pero estoy disuadido en la idea de que es posible erradicar las miserias del mundo, y prueba de ello es toda la gente joven que se ha reunido con el deseo de participar el día de hoy y el sábado que viene en este seminario.

Asociaciones como FUNCEJI, así como también muchos jóvenes en todo el planeta que están trabajando para cambiar positivamente al mundo, me convencen en la esperanza cierta del establecimiento de un mundo mucho mejor para nosotros, nuestros hijos y nietos.

¡El mundo necesita Paz!, ¡Paz para todo el mundo!,


Muchas gracias.


[1] Informe sobre Ruanda de la Chancillería Española.
[2] http://www.homohominisacrares.net/sec/historia/rwanda/ruanda1.htm
[3] República Democrática del Congo. Sin embargo nos referiremos a Zaire, ya que ese era el nombre del país en 1994. El 17 de mayo de 1997, cambió su nombre a la actual denominación.
[4] http://www.un.org/spanish/Depts/dpko/dpko/co_mission/oct_mar.htm
[5] El general Dallaire posteriormente asciende al grado de Teniente General.
[6] http://www.etikk.no/globaljustice/papers/GJ2003_Thomas_Pogge_Power_vs._Truth_-_Realism_and_Responsibility.doc
[7] El Genocidio en Ruanda, Jesús Sordo Medina. http://www.homohominisacrares.net/sec/historia/rwanda/ruanda3.htm
[8] http://www.un.org/spanish/preventgenocide/rwanda/infokit.shtml
[9] Sobre la Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión. Artículos del 39 al 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Se puede consultar los artículos en: http://www.un.org/spanish/aboutun/charter/chapter7.htm
[10] Deliberadamente he puesto en signo de interrogación Comunidad Internacional, puesto que todavía no logro conceptualizar este término y no acepto los comúnmente asignados.
[11] “... here we are watching people being deprived of the most fundamental of rights, the right to life, and yet we seem a bit helpless ..."
[12] Capital de Somalia
[13] http://www.clarin.com/diario/1998/03/26/i-04001d.htm
[14] http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_6274000/6274738.stm

martes, 6 de mayo de 2008

Autodisciplina


Quilón el Lacedemonio, dijo en el siglo IV a.C.: Conócete a ti mismo. Este apotegma también se le atribuye a Tales de Mileto, el primero y más famoso de los siete sabios de Grecia. A Tales de Mileto también se le reconoce la autoría de la siguiente frase: Si mandas, gobiérnate a ti mismo.

Unamos las frases: “Conócete a ti mismo y gobiérnate a ti mismo”.

Dos mil quinientos años después de emitidas estas sencillas frases, en pleno siglo XXI, no creo que muchas personas puedan decir: Me conozco a mi mismo(a), me gobierno a mi mismo(a).

¿Qué ha hecho la humanidad desde entonces? Salvo contados casos de hombres y mujeres que se auto disciplinaron y buscaron incesantemente conocerse a ellos mismos y gobernar sus sentimientos, sus pensamientos y sus acciones, el resto nos hemos abandonado a la facilidad de vivir dando rienda suelta a nuestras bajas sensaciones y malvados pensamientos, que luego se convierten en acciones lamentables.

La humanidad a lo largo de la historia se ha comportado como el eterno estudiante universitario que pasa años y años en la facultad y no termina de graduarse nunca, bien sea porque reprueba las materias o porque solo inscribe una materia por semestre para no ir forzado con muchas responsabilidades académicas de forma que pueda tener tiempo para la diversión y el ocio. Mientras que aquellos que se conocieron y gobernaron así mismos, lograron graduarse con honores y en corto tiempo.

Se podrá afirmar que en los últimos 200 años la humanidad ha alcanzado logros materiales formidables, y esto es cierto. El vertiginoso avance tecnológico ha resuelto y seguirá resolviendo muchos de los grandes problemas de la humanidad, solo hay que ver en el campo de la medicina como mucha gente es curada de enfermedades que hace unos años atrás eran una muerte segura. Pero, “no solo de pan vive el hombre”.

Desde temprana edad se le debería enseñar a los niños a tener dominio de sus impulsos, a ser reflexivos, a buscar y encontrar la paz interior, no solo ser personas inteligentes y cultivadas, sino también emocionalmente estables. Esta tarea difícil cuando somos victimas del ajetreado mundo del siglo XXI, en donde ambos padres pasan más tiempo en sus lugares de trabajos que en su hogar, mientras los niños son educados por doña T.V. y don playstation. Y el sistema educativo no es que ayude demasiado.

Exigimos gobernantes honestos, eficientes, inteligentes, que cumplan sus promesas de campañas. Lo que no nos damos cuenta es que esas personas que se dedican a la política y que pretenden gobernar a mucha gente, por lo general no se gobiernan a si mismos y peor aun no se conocen a si mismo. No se logra nada en una sociedad donde solo se elevan altas torres en las ciudades mientras que nuestra alma colectiva está en el subsuelo.

La cadena es tan fuerte como el más débil de su eslabón, mientras que sigamos teniendo eslabones débiles no podremos crear una sociedad que progrese, sin gente que se conozca y se gobierne a si misma el trabajo será más largo y más pesado.

Hombre, mujer… gobiérnate a ti mismo porque para cambiar lo de afuera primero hay que cambiar lo de adentro.

martes, 15 de abril de 2008

Breve síntesis histórica de la evolución de las Relaciones Internacionales.

Las Relaciones Internacionales como práctica surge con la aparición del estado-nación en Europa post medieval, estos Estados son producto de un largo proceso que devino en el viejo mundo después de la caída del imperio romano en manos de los pueblos bárbaros, trayendo como consecuencia la atomización de los antiguos dominios imperiales dando paso a lo que algunos historiadores han llamado “fraccionamiento feudal de la edad media”.

Bajos niveles productivos, la desaparición entre la propiedad privada y la pública, ausencia de instituciones organizadas, el estancamiento intelectual, científico y espiritual, serán las características principales de la alta edad media, periodo que se extiende desde el siglo IV hasta el año 1000 de nuestra era. Por lo tanto tal cosa como un gobierno capaz de controlar un territorio determinado dentro del cual viven y se desarrollan cierta cantidad de población, triple elementos estos para la conformación del Estado nacional, era una quimera.

En los siglos XI al XIV, es decir, en la baja edad media, se comienzan a producir algunos rasgos transformantes en la cosmovisión europea. Karen Jolly, profesora asociada de Historia en la Universidad de Hawai, escribe lo siguiente sobre la baja edad media: fue un periodo dinámico que conformó la identidad y el desarrollo europeos, en parte estimulados por la interacción de Europa con otras culturas de Eurasia y el Mediterráneo. Durante estos años se crearon muchos de los esquemas e instituciones sociales y políticas básicos asociados a la historia europea, y en las islas Británicas, Francia, Alemania, Italia, Europa oriental, la península Ibérica y Escandinavia se fueron dibujando nítidas fronteras políticas e identidades culturales. Entre los siglos XI y XIV, una reacción en cadena de desarrollos en los sectores económico, social y político hizo surgir nuevas tendencias en los campos de la religión, la investigación, la literatura y las artes, tendencias que han conformado la cultura europea hasta nuestros días.

En este período de recobrado dinamismo se sientan las bases para la formación del estado-nación. Las mejoras del las técnicas agrícolas y el comercio, trajo consigo beneficios desde el punta de vista económico. Por otra parte las migraciones contribuyeron a que las fronteras se expandieran y se definieran en torno a un gobierno central que cada vez iba acumulando más poder político y económico, sin embargo no eran los suficientemente fuertes como para que el estado pudiese aparecer como tal.

Las ciudades-estados italianas como Pisa, Verona y Génova, conocidas por su rico comercio con oriente y el norte de África, fueron las primeras en crear una burocracia organizada, incluso llegando a crear “embajadas” permanentes que representaran y defendieran sus intereses económicos ante la gran rivalidad que suponían estas ciudades-estados entre si, la necesidad de llegar acuerdos pacíficos y de comerciar dio como resultado una dinámica diplomacia que fue ejemplo para los posteriores estados nacionales europeos que algunas décadas más tardes se erigirían como los actores políticos del continente. Inglaterra, Francia, Alemania bajo el Sacro Imperio Romano Germánico, España (Unificado los Reinos de Castilla y Aragón), Portugal; Dinamarca, Noruega y Suecia, en Escandinavia; la Hungría de los magiares, la dinastía Piast en Polonia y la Rusia del Reino de Moscú surgirían en el oriente de Europa. Fueron estos los primeros en ir formándose como estados nacionales, dicho proceso se lleva a cabo entre los siglos XIV y XV, llegando a su conformación formal a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII.

La iglesia Católica jugaba un papel de primerísimo orden ya que su poder no solo se basaba en lo moral, religioso o espiritual, como se suponía que debería de haber sido, su poder más que en los cielos residía en la tierra gracias a su enorme riqueza y a la excelentemente bien organizada burocracia eclesiástica. No es por nada que al papa se le conocía como el “Rey de Reyes” y era costumbre que las los reyes recibieran de las manos del papa las coronas en sus testas, otorgando así carácter divino a su designación como soberanos de sus territorios, pero claro está, siempre supeditado al sucesor de San Pedro.

No fueron pocas las guerras de religión durantes este período, las Cruzadas contra los “infieles” son un ejemplo patético de cómo la voluntad del soberano de Roma era determinante en las vidas de millones de personas no solo de los cristianos, sino también de judíos y musulmanes. El Cisma de Occidente hirió el poder papal, pero este se logró mantener e incluso sacaron fuerzas para acabar con los Caballeros Templarios contando con la oportuna colaboración de Felipe el Hermoso de Francia. La reforma de Martín Lutero, quien dividió (sin querer) a la otrora monolítica iglesia, fue el golpe más duro que esta tuvo que enfrentar.

La última gran guerra de religión fue la guerra de los 30 años (1618-1648), la misma se inicia en el Sacro Imperio Romano Germánico entre los cuerpos catolicuorun y evangelicuorum. Lo que comenzó por un asunto religioso, se le agregaron factores políticos y económicos lo que consiguió que el conflicto se extendiera hacia casi toda Europa. La Paz de Westfalia fue el nombre del acuerdo que puso fin a las hostilidades y al mismo tiempo marca el nacimiento del Sistema Clásico Internacional.

Este primer acuerdo internacional nacido en la región alemana de Westafalia, dio como origen el nacimiento del derecho internacional público, sentó las bases para el establecimiento del equilibrio de poder, le restó poder a la Iglesia en asuntos internacionales, confirmó a Francia como potencia hegemónica en Europa en detrimento de su vecina España. Es a partir de entonces que podemos hablar propiamente dicho de un Sistema Internacional en el estricto sentido de lo que esto significa, no obstante los estados convivirían unos 300 años más con imperios plurinacionales como el Sacro Imperio Romano Germánico, el Imperio Austriaco y el Imperio Otomano, que con el devenir de los tiempos pasarían a ser Estados-Nación: Alemania (1870), Austria (1919), Turquía (1920) respectivamente.

El Sistema Clásico Internacional, se extendería desde 1648 hasta el Congreso de Viena de 1815, acuerdo que se llevo a cabo para reorganizar las fronteras europeas que había sido salvajemente trastocadas por las sangrientas y brutales guerras napoleónicas que habían iniciado en 1799 y que enfrentó a Francia contra todas las potencias de primer orden de su época. En esté periodo las guerras por motivos religiosos fueron sustituidas por las que primaban el interés nacional o raison d´etat, los Estados perseguían sus intereses nacionales sin tomar en cuenta razones morales o éticas. Prueba de ellos fue la declaración de guerra de la católica Francia en contra de su correligionaria Austria aliándose los galos con la protestante Suecia. ¿Los motivos de Francia de atacar Austria?, contener a su rival Europeo y evitar ser “cercada” por los austrias que gobernaban también en los Países Bajos y España… raison d´etat.

Europa, como ninguna otra civilización en la historia, alcanzó tal desarrollo tecnológico, económico, comercial, intelectual y científico, en relación con otras civilizaciones en otras latitudes, esta posición de poder superior los llevó a emprender conquistas y colonizaciones por todo el mundo. Desde América hasta Asia, pasando por África, los barcos repletos soldados, de cañones y pólvora paseaban sus velas por los extensos mares imponiendo comercio y obediencia a los pueblos “inferiores” a razón de fuego, acero y sangre. Ni Alejandro Magno, ni Roma, ni Gengis Khan, y ninguna otra civilización logró establecer su influencia a nivel mundial.

En 1815, Klemens Wenzel Lothar von Metternich y Robert Stewart Castlereagh, invocaban dos principios para reestablecer el equilibrio europeo; el de la legitimidad, esto no era más que desdeñar los pensamientos de la Revolución Francesa, invocando que por designio divino los Reyes eran los elegidos para ser soberanos absolutos. El otro principio era la balanza de poder, se reconocen como potencias de primer orden a Inglaterra, Rusia, Austria, Prusia y aceptan a la derrotada Francia, a la que se le impuso retornar a sus fronteras pre-revolucionarias, formaron una pentarquía de naciones que controlaban un sistema internacional multipolar. Para mantener el equilibrio se forma una coalición antifrancesa entre el resto de las naciones de elite, es así como nace la Santa Alianza entre Rusia, Prusia y Austria, a la que Inglaterra se añadiría para formar la Cuádruple Alianza, con el objetivo preciso de contener un futuro resurgimiento de ideas revolucionarias en Francia o peor aún que un Bonaparte regresara al poder.

El Sistema Clásico de Transición nace en el Congreso de Viena de 1815 y se extiende hasta 1919 con la finalización de la Primera Guerra Mundial, teniendo un breve periodo de ficticio “alargamiento de vida” hasta 1945, cuando finaliza la Segunda Guerra Mundial feneciendo así definitivamente el sistema europeo multipolar, para dar paso a la hegemonía Estadounidense por una parte y Soviética por otro, surgiendo un sistema bipolar que evocaría las hostilidades entre las simmaquias de Atenas y Esparta en el mundo griego de 2500 años atrás.

En el siglo XIX se haría aun más grande la brecha de desarrollo entre Europa y el resto de las regiones del mundo. Inglaterra se industrializa colocándola en una situación dominante sobre el resto de las naciones del continente, si bien es cierto que después de 1815 los apetitos imperiales europeos se verían temporalmente saciados por unos 60 o 70 años hasta que resurgiera de nuevo, en el último cuarto del siglo XIX, renovada y más voraz hambre de conquista. A excepción de las revoluciones de 1848 y la Guerra de Crimea (1854 -1856), Europa gozó de estabilidad y paz, es decir, el sistema funcionaba.

Sin embargo en el corazón de Europa surgiría el factor desequilibrante del sistema. En 1648, Richelieu se había encargado que el centro de Europa no surgiera un estado alemán unificado y fuerte que rivalizara con Francia, el Sacro Imperio Romano Germánico era una amalgama de 350 mini estados que no representaban amenaza alguna, luego en 1815 con el reordenamiento de las fronteras se creo una confederación de 39 estados alemanes, ya en 1806 Napoleón había desintegrado el viejo Reich, se allanaba el camino para una eventual unificación alemana.

Otto von Bismarck, militar, político y diplomático prusiano, fue el genio que logró la unificación alemana. ¿Cómo lo logro?, pues aplicando en su manera más pura la Raison d´ Etat o mejor dicho con Realpolitik. En 1864, aliada con Austria, Prusia emprende una limitada guerra contra Dinamarca por los Ducados y Schleswig-Holstein; en 1866, alegando mala administración austriaca en los ducados, aprovecha que Austria estaba inmiscuida en el conflicto de unificación italiana para atacarla, el resultado de la guerra fue la anexión de Hanóver, Hesse-Kassel, Nassau y Fráncfort del Meno a Prusia, creando la Confederación Alemana del Norte, que incluía 22 estado alemanes, sustituyendo a la Confederación Germánica creada en 1815. Finalmente en 1870, un asunto de escogencia de Rey en España motivo una disputa entre el Rey prusiano Guillermo I y Napoleón III, que llevó a la guerra franco-prusiana, los Estados alemanes del Sur se unen a la Confederación del Norte, Francia es humillada por el poderoso y bien organizado ejercito prusiano y Bismarck consigue con tres guerras unificar a Alemania en un poderoso imperio y Guillermo I se hace aclamar Emperador, surge así el segundo Reich.

Artífice de la unificación alemana, el viejo estadista prusiano, el "Canciller de Hierro", crea un complicado sistema de alianzas, llamados en honor a su creador “sistemas bismarckianos o bismarquinos”. Los sistemas concebidos eran de carácter defensivo y perseguía aislar a Francia, dejándola impotente de hacer alianzas con otra potencia, particularmente con Rusia, evitando un doble frente oriental y occidental que atacaran simultáneamente al naciente imperio alemán. Solo un político con la genialidad de Bismarck pudo incluir en una misma alianza a austriacos y rusos que tenían intereses encontrados en los Balcanes, so pena de la afretan a Rusia por parte de Austria en la Guerra de Crimea.

El orden nacido de Viena, estaba herido de muerte, la desconfianza mutua entre las potencias conllevo a un aumento en los gastos de defensa por parte de las grandes potencias, lo que ha sido conocido como “la paz armada” al periodo comprendido entre 1871 hasta 1914 cuando estalla la Gran Guerra.

El 28 de junio de 1914, en una calle de Sarajevo es asesinado por un estudiante serbio-bosnio llamado Gavrilo Princip, el heredero al trono dual del Imperio Austro-Húngaro, el archiduque Francisco Fernando, Príncipe Imperial de Austria y Real de Hungría y Bohemia, sobrino del viejo Emperador Francisco José. Este suceso fue el detonante de una de las Guerras más brutales que haya conocido la humanidad, la Primera Guerra Mundial. Los líderes europeos calcularon erróneamente que la duración de la guerra sería corta y que después de unos meses se podría llegar a una paz de compromiso.

El 11 de noviembre de 1918 llegaría a termino la guerra más devastadora que la humanidad haya conocido hasta ese tiempo, millones de muerte e inválidos, ruina material y penurias psicológicas incalculables fue el legado de ese absurda guerra que detonó por el exacerbado nacionalismo de un joven serbio, pero que tiene sus causa más profundas en el inestable equilibrio surgido de los sistemas bismarquinos, la inescrupulosa política de Guillermo II, la rivalidad colonial de las grandes potencias, la miopía política de los lideres europeos, y la incapacidad de los alto mandos militares para adaptar sus estrategias a los nuevos cambios tecnológicos que produjeron armas más devastadoras que la mente humana imaginara hasta principios del siglo XX, estos fueron los ingredientes letales para el estallido de la Gran Guerra.

La Primera Guerra Mundial fue el punto de quiebre de la hegemonía mundial europea, después de los Acuerdos de Versalles, que más que un acuerdo de paz resulto ser un armisticio, de hecho, en realidad fue el caldo de cultivo para un conflicto aun más aterrador y apocalíptico, la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos y Japón, quienes desde finales del siglo XIX y principios del XX, ya desafiaban el liderazgo exclusivo de Europa en los asuntos mundiales, fueron las naciones más beneficiadas de la guerra. Washintong, D.C. y Tokio podían escribir sus nombres al lado de París, Londres y Berlín como las capitales de las naciones más poderosas del globo terráqueo.

El presidente de los Estados Unidos de América, Woodrow Wilson, había propuesto sus famosos 14 puntos, que constaban de propuestas tan idealistas como imposibles de poner en práctica, por lo menos no en la mentalidad política dominante a comienzos del pasado siglo. Precisamente el punto catorce rezaba así: “Deberá crearse una Sociedad general de las Naciones en virtud de acuerdos formales, que tenga por objeto ofrecer garantías recíprocas de independencia política y territorial tanto a los pequeños como a los grandes estados”. En síntesis, Wilson proponía el respeto a las nacionalidades, es decir, la autodeterminación de los pueblos a tener el gobierno y la nacionalidad que quisieran; reducción de los armamentos nacionales al mínimo posible; desaparición de la diplomacia secreta o lo que es lo mismo decir, los tratados internacionales deberán de ser de carácter público; y supresión de las barreras comerciales.

La Sociedad de las Naciones llegaría a ver la luz, pero nacería con defectos congénitos, la propia nación de Wilson le dio la espalda y el congreso estadounidense no ratificó la entrada de la unión americana a la Sociedad de las Naciones, volteando su cara hacia el lado contrario de Europa, el gigante del norte volvía a su feliz aislacionismo, Europa artificialmente conservaría por casi tres décadas más su preponderancia internacional. Aunque ya estaban sentadas las bases para un mundo bipolar dominado por rusos y estadounidenses.

La enorme carga económica impuesta a Alemania por concepto de reparaciones de guerra y el crack económico de los años treintas, fueron causa fundamental para el surgimiento de un nacionalismo alemán con ánimos revanchista por las humillaciones del Tratado de Versalles de 1919. En 1933 la República del Weimar cae y el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores, mejor conocido por el partido Nazi, llega al poder de manos de Adolfo Hitler. Se inicia entonces uno de los momentos más oscuros en la historia alemana y europea, el Tercer Reich.

Alemania comienza su rearme, y en solo 5 años ya estaba listo para amenazar a sus vecinos, la primera víctima fue Austria. En 1938 el país alpino se limitaba a ser anexada a Alemania como un estado alemán llamado "Ostmark"; el siguiente golpe sería dado en los Sudetes, Checoslovaquia, la población era en su mayoría de ascendencia germana y Alemania reclamaba que estaban siendo mal tratados por las autoridades checoslovacas. Finalmente en uno de los acuerdos más cobardes, irresponsables e ingenuos que la humanidad haya conocido, el francés Edouard Daladier y el primer ministro inglés Neville Chamberlain, siguiendo una Política de apaciguamiento, aceptan la anexión alemana de los sudetes, creyendo con ello que Hitler se conformaría con tan poco y se evitaría la guerra, al parecer ninguno de ellos, ni sus asesores habían leído el Mein Kampf escrito por Hitler en los meses que paso en la cárcel. En marzo de 1939, sería invadida el resto de Checoslovaquia.

Con la invasión alemana a Polonia el 1 de septiembre de 1939, se inicia la Segunda Guerra Mundial. El conflicto se extiende por cuatro continentes, solo América resulto indemne de que se luchara en su territorio, las nuevas maquinas de guerra eran capaces de causar enorme destrucción como nunca antes se había visto, la población civil sufrió grandes penalidades y el numero de bajas fue incluso superiores a las muertes de los combatientes, ciudades enteras fueron arrasadas por los bombardeos, Stalingrado, Dresde, Hiroshima y Nagasaki son prueba del enorme poder destructivo de las nuevas armas, siendo las ciudades japonesa antes citadas, las testigos en “carne propia” del nacimiento del arma más terrorífica de todas, las armas nucleares.

Seis años después del ataque alemán contra Polonia, el 2 de septiembre de 1945, en el Acorazado Missouri de la armada estadounidense, se firma el tratado de rendición japonesa, finalizaba así un conflicto que transformaría radicalmente las relaciones internacionales como se concebían hasta ese entonces. El fin del mundo multipolar dominado por Europa había llegado a su fin, surgían dos superpotencias extra europeas, Estados Unidos y la Unión Soviética. Cada una con su área de influencia e ideologías totalmente contrapuestas, el mundo bipolar era la nueva realidad.

El advenimiento de una nueva era en las relaciones internacionales sería marcado por un enfrentamiento ideológico más que de intereses, la capitalista Estados Unidos y la comunista Unión Soviética, antiguos aliados contra los nazis alemanes, ahora se disputan el dominio mundial. La desconfianza que mutuamente se tenían Truman y Stalin, no contribuyó en nada la distensión en las relaciones de las nuevas superpotencias. La política exterior de los Estados Unidos de “contención” del comunismo terminó por colocarla en el lado opuesto de la Unión Soviética. Walter Lippman, periodista estadounidense, llamó a esta situación Cold War , Guerra Fría.

La Sociedad de las Naciones, organismo inoperante e inservible para evitar la guerra, fue sustituida por la ONU. La Carta de las Naciones Unidas se firma el 26 de junio de 1945. El nuevo organismo supranacional sería el nuevo encargado de regir de acuerdo con el derecho internacional las disputas que pudieran surgir entre los países. Uno de las primeras misiones de la O.N.U. fue la de impulsar el proceso de descolonización tanto en Asia como en África, proceso que duró desde 1945 hasta 1965, gracias a este proceso la cantidad de miembros de la O.N.U. se triplicó en este periodo.

Un rasgo preponderante de las relaciones internacionales en el mundo bipolar, es que los enfrentamientos de las grandes potencias se dieron en la periferia: guerra de Corea, guerra de Vietnam, guerras árabes-israelíes, Crisis de los misiles en Cuba, guerras civiles en Centroamérica, son solo algunos de los muchos conflictos librados en la que cada bando estaba apoyado por un u otra superpotencia pero sin llegar atacarse directamente entre ellas. Esto se explica por la posesión de ambas de armamento nuclear, que funcionaba como disuasivo de ataque mutuo, esta doctrina recibió el nombre de Destrucción Mutua Asegurada, Mutual Assured Destruction, MAD por sus siglas en ingles.

Finalizando la década de los 80 del siglo XX, la humanidad en un mundo globalizado es testigo en sus televisores como en Berlín la gente con sus manos, con martillo, con lo que fuera derrumbaba el muro que los había dividido por más casi tres décadas, caía así un símbolo físico de la separación de Europa en dos bloques opuestos. La reunificación alemana ya no despertaba el temor que más de un siglo atrás representó la creación del imperio Alemán, esta unificación fue recibida con esperanza y como el nacimiento de una nueva era de paz y unidad.

Dos años después la Unión Soviética, gigante con pies de barro, se derrumbaba sobre sus propios cimientos, terminaba así un periodo que sería conocido con el nombre de Post-Guerra, para dar paso a la Post-Guerra Fría. La victoria de Occidente, la victoria del Capitalismo, la victoria de la democracia y la libertad fue ovacionada en casi todos los rincones del planeta, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, hablaba de una nueva era de paz, intelectuales como Francis Fukuyama llegaron a escribir sobre el “Final de la Historia” y afirmar que el nuevo mundo unipolar sería dominado por los Estados Unidos y los valores que este representaba.

El mundo de post-guerra fría muy lejos estuvo de ser ese mundo de amor y paz que proclamaba anticipadamente Bush padre. En 1990 Irak invade y se anexiona el pequeño estado petrolero de Kuwait, al año siguiente la coalición bélica más grande desde la segunda guerra mundial expulsaba a las tropas de Sadam Hussein del pequeño Emirato árabe con un número de bajas mínimas (para los aliados) gracias al despliegue de tecnología militar de última generación. Estados Unidos se vislumbraba como la única potencia global y no fueron pocos los que proclamaron un mundo unipolar. ¿Por cuánto tiempo?.

El 11 de septiembre de 2001, dos aviones comerciales se estrellan en las torres 1 y 2 del World Trade Center de Nueva York, un tercer avión se estrella en el Pentágono en Washintong, D.C., mientras que un cuarto avión, presuntamente dirigido hacia la Casa Blanca era interceptado y derribado antes de llegar a su objetivo. Casi 3,000 civiles murieron en el acto terrorista más sangriento ocurrido en los Estados Unidos de América. Las relaciones internacionales serían modificadas a partir de este momento. Estados Unidos comenzó una nueva doctrina de defensa. ¡La historia está en pleno desarrollo!.

viernes, 11 de abril de 2008

Crisis del Canal de Suez (1956): Cuando Gran Bretaña y Francia despertaron ante su triste nueva realidad.


Once años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, británicos y galos todavía no se acostumbraban a su nuevo rol en las relaciones internacionales de la post guerra, ambas naciones europeas habían representado en los tres siglos pasados lo más granado del poder hegemónico de occidente sobre el resto del planeta, sus imperios se expandían por doquier, no había región del mundo donde ingleses o franceses no tuvieran un interés en juego. Pero en 1956 eso era parte de una vieja y empolvada historia, Europa ya no era el coloso imperial de antes, dos guerras mundiales la habían extenuado hasta el punto de la subordinación con respecto de las nuevas superpotencias globales. El nuevo sistema internacional había pasado del multipolarismo dominado por potencias europeas hacía un mundo bipolar liderado por EE.UU y la U.R.S.S., ambas opuestas por factores de carácter ideológico; capitalismo versus socialismo.

Vamos a remontarnos al siglo XIX, específicamente al año de 1869. Después de 10 años de excavaciones se había completado una vía artificial de 163 km de navegación que unía al Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, evitando a los barcos la larga y peligrosa travesía bordeando el continente africano. El Canal de Suez fue construido por una empresa francesa cuyo dueño era el empresario y visionario Fernando de Lesseps, mismo que intentó infructuosamente construir el Canal de Panamá. La participación del Canal estaba dividida en 44% para el gobierno egipcio y el 66% restante pertenecía a capital privado francés. Posteriormente en 1875, debido a problemas financieros los egipcios ponen en venta todas sus acciones, lo que es aprovechado por el hábil Primer Ministro británico Benjamín Disraelí (1804-1881), quien vio una buena oportunidad para que la Gran Bretaña tuviera control de las rutas marítimas hacía la India, la joya colonial de la corona inglesa. La Gran Bretaña definitivamente adquiere el 44% de las acciones y posteriormente se convertiría en la dueña de facto del Canal desplazando poco a poco a franceses y egipcios. El Tratado de Constantinopla (1888), asegura la neutralidad del Canal bajo protectorado inglés, y la libre navegación internacional tanto en tiempo de paz como de guerra. Hasta acá hemos precisado someramente como Francia y la Gran Bretaña están ligadas al Canal de Suez.

Retornemos al siglo XX y detengámonos por unos instantes en el año 1916. Europa estaba sumida en una terrible guerra que amenazaba con derrumbar los Acuerdos del Congreso de Viena de 1815, trastocando para siempre la balanza de poder internacional. En este contexto se firmaba el Tratado secreto Sykes-Picot entre Francia y Gran Bretaña, en el que se repartían el Medio Oriente en áreas de influencia perfectamente delimitadas entre ambas potencias, en detrimento del desmembrado Imperio Otomano, que se había aliado a los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. En 1921, en la Conferencia de San Remo, se configuraría definitivamente la hegemonía europea en el Medio Oriente, esta organización perduraría incluso después de finalizada la Segunda Guerra Mundial en la década de los cuarentas del siglo XX.


Después de 1945, surgió en el mundo un sentimiento nacionalista y anticolonialista que era apoyado por la recientemente creada Organización de las Naciones Unidas (ONU). En Egipto el abanderado del nacionalismo del antiguo país de los faraones era Gamal Abdel Nasser, quien en 1952 había dado un golpe de Estado contra el Rey Faruq I, proclamando la República de Egipto.

El presidente Nasser decide nacionalizar el Canal de Suez, medida que causa indignación en Francia e Inglaterra quienes históricamente habían controlado el canal y percibían cuantiosas ganancias por los tanqueros petroleros que por allí circulaban. Por otra parte Israel, que se había constituido en Estado-nación en 1948, sintió amenazada su seguridad por una alianza militar concretada entre Egipto, Siria y Jordania. Este hecho sumado al bloqueo de Egipto a los estrechos de Tirán, afectando negativamente al principal puerto de Israel, hizo que anglo-franceses e israelíes hicieran causa común contra Egipto.

El 29 de octubre de 1956 se inician las operaciones militares contra Egipto. Israel moviliza sus fuerzas por la península del Sinai y no se detienen hasta llegar a la zona del Canal de Suez. Por su parte la alianza anglo-francesa movilizó 80,000 hombres y varios buques de guerra. La victoria militar sobre Egipto sería en realidad una derrota política para Francia e Inglaterra. Tanto EE.UU. como la U.R.S.S condenaron la acción militar contra Egipto y accionarían todo su poder político y diplomático para poner en "su lugar" a los agresores.

Inglaterra sería victima de la primera amenaza nuclear hacia un país occidental que hiciera la Unión Soviética. A continuación se cita extractos de una carta enviada por el premier soviético Bulganín al primer ministro inglés Eden:

¿En que situaciones se encontraría la Gran Bretaña si fuese atacada por Estados más fuertes, que poseyeran todo tipo de modernas armas destructivas? Y, en el momento presente, tales países podrían contenerse de enviar fuerzas navales o aéreas a las costas de Inglaterra y emplear otros medios, por ejemplo, cohetes. Y luego agrega: Estamos plenamente resueltos a aplastar a los agresores mediante el uso de la fuerza y a restaurar la paz en el Este. (La Diplomacia, Henry Kissinger. Pag. 531)

Similar amenaza recibió Francia e Israel. Los Estados Unidos lejos de apoyar a sus aliados occidentales ante la amenaza soviética lo que hizo fue condenar por su parte a los agresores exigiéndoles la retirada de Egipto.

Finalmente, Gran Bretaña, Francia e Israel tuvieron que ceder a las presiones diplomáticas de las superpotencias dejando bien claro quienes eran verdaderamente los actores polares de las Relaciones Diplomáticas de la segunda mitad del siglo XX.

Las consecuencias de esta humillación al prestigio internacional de ingleses y franceses son diametralmente opuestas. Inglaterra, al constatar su impotencia frente a Estados Unidos y la Unión Soviética opta por una sumisión política hacía su hermana menor del otra lado del Atlántico, comenzando así la “relación especial” anglo-americana. Francia llega a la misma conclusión que los ingleses en cuanto a su debilidad relativa, pero en vez de la sumisión decide crear su propio arsenal nuclear disuasivo y busca formar una alianza con su antigua rival, Alemania, con el objetivo de una eventual Unión Europea.

Francia e Inglaterra jamás serán potencias comparables a los Estados Unidos y a la Unión Soviética, Y tampoco Alemania. Solo les queda una manera de desempeñar un papel decisivo en el mundo; consiste en unirse para integrar a Europa. Inglaterra no está madura para ello, pero el asunto de Suez, ayudará a prepararla. No tenemos tiempo que perder: Europa será nuestra venganza. (La Diplomacia, Henry Kissinger. Pag. 536). La anterior cita se la atribuye a Conrad Adenauer, el Ministro de Relaciones Exteriores francés, Christian Pineau.

Inglaterra nunca se sintió plenamente identificada con el proyecto de unidad europea y hasta nuestros días sigue manteniendo su “relación especial” con los Estados Unidos, relación que llega al paroxismo con Bush y Blair y su aventura en Irak. Mientras tanto, alemanes y franceses lideran actualmente una todavía insipiente Unión Europea, que si bien es poderosa en el aspecto económico, todavía busca su consolidación política hacía su interior y el exterior.

Lo cierto es que la Crisis de Suez definió el futuro de la política internacional tanto de Francia como de Inglaterra, que a pensar de llegar a las mismas conclusiones decidieron tomar caminos distintos.

jueves, 10 de abril de 2008

Vuelta a la Patria

Mi amada abuela Flor me dio a leer en mi temprana adolescencia esta poesía que más abajo transcribo para que yo la leyera. Desde ese momento en mi mente rondó que mi futuro, al igual que el de Pérez Bonalde, sería el autoexilio. Hoy extraño mi patria, pero a diferencia del poeta venezolano, acá en República Dominicana veo luz y color; no la opacidad de la lejana y fría Europa. Te amo Quisqueya, pero tengo que compartir tu amor con la tierra que me vio nacer.

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Vuelta a la Patria
Juan Antonio Pérez Bonalde
[1875]

A mi hermana Elodia

¡Tierra!, grita en la proa el navegante
y confusa y distante,
una línea indecisa
entre brumas y ondas se divisa;
poco a poco del seno
destacándose va del horizonte,
sobre el éter sereno,
la cumbre azul de un monte;
y así como el bajel se va acercando,
va extendiéndose el cerro
y unas formas extrañas va tomando;
formas que he visto cuando
soñaba con la dicha en mi destierro.
Ya la vista columbra
las riberas bordadas de palmares
y una brisa cargada con la esencia
de violetas silvestres y azahares,
en mi memoria alumbra
el recuerdo feliz de mi inocencia,
cuando pobre de años y pesares,
y rico de ilusiones y alegría,
bajo las palmas retozar solía
oyendo el arrullar de las palomas,
bebiendo luz y respirando aromas.
Hay algo en esos rayos brilladores
que juegan por la atmósfera azulada,
que me habla de ternuras y de amores
de una dicha pasada,
y el viento al suspirar entre las cuerdas,
parece que me dice: « ¿no te acuerdas?».
Ese cielo, ese mar, esos cocales,
ese monte que dora
el sol de las regiones tropicales...
¡Luz, luz al fin! Los reconozco ahora:
son ellos, son los mismos de mi infancia,
y esas playas que al sol del mediodía
brillan a la distancia,
¡oh, inefable alegría,
son las riberas de la patria mía!
Ya muerde el fondo de la mar hirviente
del ancla el férreo diente;
ya se acercan los botes desplegando
al aire puro y blando
la enseña tricolor del pueblo mío.
¡A tierra, a tierra, o la emoción me ahoga,
o se adueña de mi alma el desvarío!
Llevado en alas de mi ardiente anhelo,
me lanzo presuroso al barquichuelo
que a las riberas del hogar me invita.
Todo es grata armonía; los suspiros
de la onda de zafir que el remo agita;
de las marinas aves
los caprichosos giros;
y las notas suaves,
y el timbre lisonjero,
y la magia que toma
hasta en labios del tosco marinero,
el dulce son de mi nativo idioma.
¡Volad, volad, veloces,
ondas, aves y voces!
Id a la tierra en donde el alma tengo,
y decidle que vengo
a reposar, cansado caminante,
del hogar a la sombra un solo instante.
Decidle que en mi anhelo, en mi delirio
por llegar a la orilla, el pecho siente
dulcísimo martirio;
decidle, en fin, que mientras estuve ausente,
ni un día, ni un instante hela olvidado,
y llevadle este beso que os confío,
tributo adelantado
que desde el fondo de mi ser le envío.
¡Boga, boga, remero, así llegamos!
¡Oh, emoción hasta ahora no sentida!
¡Ya piso el santo suelo en que probamos
el almíbar primero de la vida!
Tras ese monte azul cuya alta cumbre
lanza reto de orgullo
al zafir de los cielos,
está el pueblo gentil donde, al arrullo
del maternal amor, rasgué los velos
que me ocultaban la primera lumbre.
¡En marcha, en marcha, postillón, agita
el látigo inclemente!
Y a más andar, el carro diligente
por la orilla del mar se precipita.
No hay peña ni ensenada que en mi mente
no venga a despertar una memoria,
ni hay ola que en la arena humedecida
con escriba con espuma alguna historia
de los alegres tiempos de mi vida.
Todo me habla de sueño y cantares,
de paz, de amor y de tranquilos bienes,
y el aura fugitiva de los mares
que viene, leda, a acariciar mis sienes.
me susurra al oído
con misterioso acento: «Bienvenido».
Allá van los humildes pescadores
las redes a tender sobre la arena;
dichosos, que no sienten los dolores
ni la punzante pena
de los que lejos de la patria lloran;
infelices que ignoran
la insondable alegría
de los que tristes del hogar se fueron
y luego, ansiosos, al hogar volvieron.
Son los mismos que un día,
siendo niño, admiraba yo en la playa,
pensando, en mi inocencia,
que era la humana ciencia,
la ciencia de pescar con la atarraya.
Bien os recuerdo, humildes pescadores,
aunque no a mí vosotros, que en la ausencia
los años me han cambiado y los dolores.
Ya ocultándose va tras un recodo
que hace el camino, el mar, hasta que todo
al fin desaparece.
Ya no hay más que montañas y horizontes,
y el pecho se estremece
al respirar, cargado de recuerdos,
el aire puro de los patrios montes.
De los frescos y límpidos raudales
el murmullo apacible;
de mis canoras aves tropicales
el melodioso trino que resbala
por las ondas del éter invisible;
los perfumados hálitos que exhala
el cáliz áureo y blanco
de las humildes flores del barranco;
todo a soñar convida,
y con suave empeño,
se apodera del alma enternecida
la indefinible vaguedad de un sueño.
Y rueda el coche, y detrás de él las horas
deslízanse ligeras
sin yo sentir, que el pensamiento mío
viaja por el país de las quimeras,
y sólo hallan mis ojos sin mirada
los incoloros senos del vacío...
De pronto, al descender de una hondonada,
«¡Caracas, allí está!», dice el auriga,
y súbito el espíritu despierta
ante la dicha cierta
de ver la tierra amiga.
¡Caracas allí está; sus techos rojos,
su blanca torre, sus azules lomas,
y sus bandas de tímidas palomas
hacen nublar de lágrimas mis ojos!
Caracas allí está; vedla tendida
a las faldas del Ávila empinado,
Odalisca rendida
a los pies del Sultán enamorado.
Hay fiesta en el espacio y la campaña,
fiesta de paz y amores:
acarician los vientos la montaña;
del bosque los alados trovadores
su dulce canturía
dejan oír en la alameda umbría;
los menudos insectos de las flores
a los dorados pístilos se abrazan;
besa el aura amorosa el manso Guaire,
y con los rayos de luz se enlazan
los impalpables átomos del aire.
¡Apura, apura, postillón, agita
el látigo inclemente!
¡Al hogar, al hogar, que ya palpita
por él mi corazón... Mas, no, detente!
¡Oh infinita aflicción, oh desgraciado
de mí, que en mi soñar hube olvidado
que ya no tengo hogar...! Para, cochero;
tomemos cada cual nuestro destino;
tú, al lecho lisonjero
donde te aguarda la madre, el ser divino
que es de la vida centro de alegría,
y yo..., yo al cementerio
donde tengo la mía.
¡Oh, insoluble misterio
que trueca el gozo en lágrimas ardientes!
¿En dónde está, Señor, ésa tu santa
infinita bondad, que así consientes
junto a tanto placer, tristeza tanta?
Ya no hay fiesta en los aires; ya no alegra
la luz que el campo dora;
ya no hay sino la negra
pena cruel que el pecho me devora...
¡valor, firmeza, corazón no brotes
todo tu llanto ahora, no lo agotes,
que mucho, mucho que sufrir aún falta:
ya no lejos resalta
de la llanura sobre el verde manto
la ciudad de las tumbas y del llanto;
ya me acerco, ya piso
los callados umbrales de la muerte,
ya la modesta lápida diviso
del angélico ser que el alma llora;
ven, corazón, y vierte
tus lágrimas ahora!

II
Madre, aquí estoy: de mi destierro vengo
a darte con el alma el mudo abrazo
que no te pude dar en tu agonía;
a desahogar en tu glacial regazo
la pena aguda que en el pecho tengo
y a darte cuenta de la ausencia mía.
Madre, aquí estoy; en alas del destino
me alejé de tu lado una mañana,
en pos de la fortuna
que para ti soñé desde la cuna;
mas, ¡oh, suerte inhumana!
hoy vuelvo, fatigado peregrino,
y sólo traigo que ofrecerte pueda,
esta flor amarilla del camino
y este resto de llanto que me queda.
Bien recuerdo aquel día,
que el tiempo en mi memoria no ha borrado;
era de marzo una mañana fría
y cerraba los cielos el nublado.
Tú en el lecho aún estabas,
triste y enferma y sumergida en duelo,
que, con alma de madre, contemplabas
el hondo desconsuelo
de verme separar de tu regazo.
Llegó la hora despiadada y fiera,
y con el pecho herido
por dolor hasta entonces no sentido,
fui a darte, madre, mis postrer abrazo
y a recibir tu bendición postrera.
¡Quién entonces pensara
que aquella voz angélica en mi oído
nunca más resonara!
Tú, dulce madre, tú, cuando infelice,
dijiste al estrecharme contra el pecho:
«Tengo un presentimiento que me dice
que no he de verte más bajo este techo».
Con un supremo esfuerzo desliguéme
de los amantes lazos
que me formaban en redor tus brazos,
y fuera me lancé como quien teme
morir de sentimiento.
¡Oh, terrible momento!
Yo fuerte me juzgaba,
mas, cuando fuera me encontré y aislado,
el vértigo sentí del pajarillo
que en jaula criado,
se ve de pronto en la extensión perdido
de las etéreas salas,
sin saber dónde encontrará otro nido
ni a dónde, torpes, dirigir sus alas.
Desató el sollozar el nudo estrecho
que ahogaba el corazón en su quebranto
y se deshizo en llanto
la tempestad que me agitaba el pecho.
Después, la nave me llevó a los mares,
y llegamos al fin, un triste día
a una tierra muy lejos de la mía,
donde en vez de perfumes y cantares,
en vez de cielo y verdes palmas,
hallé nieblas y ábregos, y un frío
que helaba los espacios y las almas.
Mucho, madre, sufrí con pecho fuerte,
mas suavizaba el sufrimiento impío,
la esperanza de verte
un tiempo no lejano al lado mío.
¡Ah del mortal ciego
confía su ventura a la esperanza...!
La ley universal cumplióse luego,
y vi en el alma, presta,
la mía disiparse,
cual mira en lontananza
torcer el rumbo en dirección opuesta
el náufrago al bajel que vio acercarse.
Bien recuerdo aquel día
que el tiempo en mi memoria no ha borrado;
era de marzo otra mañana fría,
y los cielos cerraba otro nublado.
Triste, enfermo y sin calma,
en ti pensaba yo, cuando me dieron
la noticia fatal que hirió mi alma.
Lo sentí, decirlo no sabría...
Sólo sé que mis lágrimas corrieron
como corren ahora, madre mía.
Después, al mundo me lancé, agitado,
y atravesé océanos y torrentes,
y recorrí cien pueblos diferentes,
tenue vapor del huracán llevado,
alga sin rumbo que la mar flagela,
viento que pasa, pájaro que vuela.
Mucho, madre, he adquirido,
mucha experiencia y muchos desengaños,
y también he perdido
toda la fe de mis primeros años.
¡Feliz quien como tú ya en esta vida
no tiene que luchar contra la suerte
y puede reposar en la seguida
inalterable calma de la muerte;
sin ver ni padecer el mal eterno
que nos hiere doquier con saña cruda,
ni llevar en el pecho el frío interno
de la indomable duda!
¡Feliz quien como tú, con altiveza
reclinó para siempre la cabeza
sobre los lauros del deber cumplido;
cual la reclina, por la muerte herido,
tras el combate rudo,
risueño, el gladiador sobre su escudo!
Esa, madre, es tu gloria
y alta recompensa de tu historia,
que el premio sólo del deber sagrado
que impone el cristianismo
está en el hecho mismo
de haberlo practicado.
Madre, voy a partir; mas parto en calma
Y sin decirte adiós, que eternamente
me habrás de acompañar en esta vida.
Tú has muerto para el mundo indiferente,
mas nunca morirás, madre del alma,
para el hijo infeliz que no te olvida.
Y fuera el paso nuevo,
y desde su alto y celestial palacio,
su brillo siempre nuevo
derrama el sol por el cerúleo espacio...
Ya lejos de los túmulos me encuentro,
ya me retiro, solitario y triste;
mas, ¡ay! ¿a dónde voy? ¡si no existe
de hogar y madre el venturoso centro!...
¡A dónde? ¡A la corriente de la vida,
a luchar con las ondas brazo a brazo
hasta caer en su mortal regazo
con el alma en paz y con la frente erguida!